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Marcos Moreno Cuesta
03/03/2014 Gadgets para el entrenamiento
Desde hace algún tiempo he hablado sobre la necesidad de que la población sepa gestionar sus hábitos saludables. Una manera de llevarlo a cabo es a través del uso de las nuevas tecnologías, ¿por qué no? Si unimos la necesidad de saber autogestionarnos con el “boom” que tiene el deporte popular, ese control se hace casi obligatorio.
En ocasiones produce pánico ver gente corriendo por el parque, subiendo un puerto un domingo por la mañana por encima, sin duda, de intensidades dentro de rangos saludables. Por no hablar del momento de la llegada en algunas pruebas de carácter popular. Sin embargo, muchas veces nos quedamos en la sofisticación por la sofisticación. Está muy bien ir con tu smartphone por el parque para saber los kilómetros que has hecho, el desnivel acumulado, el tiempo invertido por kilómetro ¿Y? ¿Para qué nos sirve eso? Tenemos a nuestro alcance un montón de tecnología que nos puede hacer mejorar nuestras prestaciones durante el entrenamiento, que nos puede ayudar a controlarlo, que nos puede decir cuáles son nuestras intensidades óptimas: Básculas que infieren nuestro porcentaje graso, electroestimuladores para mejorar los niveles de fuerza, geoposicionadores, pulsómetros, podómetros, apps, software de entrenamiento virtual, de control de entrenamiento, y algunos de ellos “de marca”. Prioricemos. Desde mi punto de vista, imprescindible resulta el pulsómetro, siempre que en el deporte practicado se ponga el corazón a altas pulsaciones durante largos periodos. El resto de "gadgets” prescindibles. Como complemento se pueden utilizar aplicaciones (sobre todo para cuantificar la carga en volumen e intensidad) pero si nuestro corazón va desbocado la práctica saludable se habrá convertido en justo lo contrario. De básculas y electroestimuladores hablamos otro día. Pero, siempre hay un pero, las herramientas informáticas y los gadgets no pueden “suplantar” a la “masa gris”. Así tenemos el mercado lleno de consejos genéricos que también pueden convertirse en un problema. Cierto es que la inteligencia artificial va sofisticándose y ya podemos encontrar propuestas sobre práctica física que se pueden acercar a las necesidades de los ciudadanos. Aunque la sensación (más que una sensación es una convicción) que tengo es que, cuanto más específico es el entrenamiento más se necesita la materia gris. No es lo mismo una gimnasia de mantenimiento que el entrenamiento de Usaín Bolt. Aunque "casi" todo se andará. Estoy seguro. En cualquier caso, hazte un reconocimiento médico deportivo al menos cada dos años, contrólate el ritmo cardiaco y como siempre, ponte en manos de profesionales. Marcos Moreno Cuesta (www.masrendimiento.es)
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