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Eduardo Blanco, presidente de la Federación de Asociaciones de Gestores del Deporte de España (FAGDE)
02/07/2019 Derecho de las personas a moverse
El deporte, por utilizar como expresión referida al ejercicio y actividad física en general, se proyecta en dos ámbitos absolutamente diferentes, como son “hacer“ deporte y “ver“ deporte. Es obvio que el deporte profesional y el deporte de alto nivel constituye un producto para ser visionado, aunque el carácter emocional prima sobre cualquier otro factor.
No pasaría nada, si se hubiese realizado una educación del aficionado, pero difícilmente puede hacerse cuando la asignatura de Educación Física, generadora de hábitos fisio-higiénicos, no puede cumplir este cometido por la escasa atención que recibe del sistema educativo. Una vez dicho esto, si no hay una verdadera Educación Física en la escuela, nos podemos preguntar de qué sirve el gasto público en políticas de promoción del deporte, especialmente desde los municipios, o publicitar desde la administración sanitaria el ejercicio físico y una alimentación saludable, si no se inculca desde las edades más tempranas el hábito de actividad física y deportiva. Estamos hablando de la necesidad de movimiento que tiene el ser humano, incluso puede hablarse de un derecho que se le niega desde que nace. La omnipresencia del deporte espectáculo en nuestra sociedad actual frente a la escasa carga horaria que tiene la actividad física y deportiva en el ámbito escolar, genera un desequilibrio de graves perjuiciosque se apreciarán en el tiempo. La imagen y consideración del deporte, en consecuencia, es la que se trasmite a través de los medios de comunicacióncuya información presta un interés especial al deporte profesional y al deporte de alto nivel convertido en espectáculo. Esta circunstancia proyecta una imagen sesgada del deporte de efectos perniciosos, al no existir la compensación necesaria de una cultura deportiva ciudadana arraigada. Por ello, no podemos concluir, sin formular la imperiosa necesidad de que las administraciones educativas (estatal y autonómicas) asuman un mayor compromiso con la actividad física y deportiva, en esta sociedad caracterizada por el sedentarismo, con un aumento alarmante del sobrepeso y la obesidad que ya está afectando de forma negativa a la calidad de vida ciudadana y a su esperanza de vida. Hay que lograr una verdadera sociedad deportivizada que no consiste en “ver deporte”, sino más bien en “hacer deporte”, realidades que no son incompatibles, pero que requieren de una educación. Eduardo Blanco, presidente de la Federación de Asociaciones de Gestores del Deporte de España (FAGDE)
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