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José María Buceta, psicólogo deportivo (http://chemabuceta.blogspot.com.es/)
08/09/2020 Sembrar para recoger
En general, no es fácil adquirir nuevos hábitos. No es fácil pasar de una vida sedentaria a hacer ejercicio físico con regularidad. Podemos estar convencidos de sus bondades, e incluso decidir hacerlo, pero no es sencillo encontrar el hueco en nuestro día a día ni asumir que el coste en tiempo, dedicación y esfuerzo será mayor que el beneficio.
Si vamos un par de días al gimnasio y lo que conseguimos es sentirnos incompetentes y que nos duela todo el cuerpo, es difícil que volvamos, y más aún, si nos cuesta encontrar el momento alterando nuestras rutinas diarias. Sin embargo, la situación actual de confinamiento nos obliga a cambiar esas rutinas, y por eso, esta puede ser una gran oportunidad de avanzar en el hábito del ejercicio físico. No podemos ir al gimnasio o salir a correr, y eso es una desventaja, pero podemos dar un gran paso adelante si en nuestras rutinas actuales hacemos un hueco para ejercitarnos haciendo lo que podamos con una mínima disciplina. Incluso es mejor que no hagamos mucho si no estamos acostumbrados, de forma que en lugar de sentirnos incompetentes y que nos duela todo, podamos sentir algunos de los beneficios de hacer ejercicio: Sentir más vigor, más energía, y percibir que somos capaces de mejorar. Lo importante es elegir algo sencillo, un tipo de ejercicio que sea viable y podamos dominar con facilidad, y contar con alguien que nos ayude, quizá siguiendo por Internet (Youtube…) las directrices de un entrenador o de algún amigo que haga ejercicio con regularidad. Además, es fundamental que lo que hagamos tenga una continuidad. ¿Qué hora del día vamos a reservar para nuestro ejercicio diario? La continuidad es la clave para darle al ejercicio la oportunidad de proporcionarnos efectos positivos, alimentar nuestra motivación y autoconfianza y consolidar el hábito. Si somos capaces de lograr esa continuidad en el entorno especial de estos días, cuando todo pase y volvamos a la normalidad (la que nos encontremos), será más fácil que en esa nueva realidad hallemos el hueco para esa práctica diaria a la que nos habremos acostumbrado. Entonces, ojalá podamos ir al gimnasio, a la piscina o a correr, y adaptar el ejercicio limitado de ahora al que podremos hacer con más medios. Para que eso ocurra, hay que ponerse a ello, ¡ya! No obstante, también podemos aprovechar este tiempo de confinamiento para anticipar dónde, cuándo, qué, cómo y con quién vamos a practicar deporte cuando termine el confinamiento. Os recomiendo en el canal de Youtube “Los cables cruzados”, mi programa “¿Querer es poder?”, donde explico las claves para adquirir y consolidar un hábito, en este caso, hacer ejercicio físico. Sembremos ahora, para recoger después. ¡Mis mejores deseos para todos! José María Buceta, psicólogo deportivo (http://chemabuceta.blogspot.com.es/)
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