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Antonio Montalvo de Lamo, experto en deporte municipal y paralímpico
18/03/2025 Reflexiones sobre el deporte escolar![]() También en los diferentes modelos de iniciación deportiva, contrastando el deporte escolar, de carácter más participativo, con el deporte de competición, más reglado y orientado al rendimiento. En ambos casos, el deporte debe ser una actividad pedagógica y formativa, integrando los valores y beneficios antes mencionados. Durante la primera etapa, que abarca a niños de entre 6 y 11 años, no se debería fomentar una especialización temprana. La formación debe centrarse en el desarrollo multideportivo a través del juego, manteniendo su carácter lúdico y proporcionando una riqueza psicomotriz esencial para estas edades. Además, esta fase se configura como una herramienta clave para la socialización y el aprendizaje. Esta etapa se encuentra estrechamente vinculada al centro escolar, tanto a través de la Educación Física impartida en el currículo académico como en las actividades extraescolares organizadas dentro del mismo entorno educativo. En un segundo ciclo, de 12 a 15 años, la competición se convierte en un medio fundamental para la práctica deportiva. Esta fase implica una mayor complejidad, con reglas y patrones de juego definidos. No obstante, el deporte sigue siendo formativo para quienes opten por un enfoque más recreativo. Si la elección es la competición y el rendimiento, la exigencia física, técnica y táctica aumenta. En este punto, la práctica deportiva ya no se desarrolla en el centro educativo, sino en clubes y federaciones, que organizan entrenamientos, competiciones y su planificación. Es el primer eslabón del proceso de tecnificación, que posteriormente se especializa en escuelas y centros de alto rendimiento. En esencia, estos son los caminos que sigue el deporte en estas categorías (infantil y cadete), los mismos que han recorrido nuestros deportistas de alto rendimiento en su formación. De ahí la importancia de garantizar, por un lado, un deporte recreativo y participativo para quienes lo prefieran y, por otro, una iniciación y especialización rigurosa tanto en el aspecto físico como en los aspectos técnicos y tácticos. Finalmente, quisiera reflexionar sobre la competencia del Consejo Superior de Deportes (CSD) en el ámbito del deporte en edad escolar y su papel en la convocatoria anual de los Campeonatos de España de Selecciones Autonómicas (CESA), organizados en los últimos años por las Federaciones Deportivas Españolas. La crisis económica de 2008-2009 provocó una disminución en la aportación del CSD a esta competición, lo que llevó a que las federaciones asumieran su organización de manera eficiente, aunque con la pérdida de la cohesión y colaboración entre comunidades autónomas y el CSD. Esta relación era especialmente valiosa en un Estado descentralizado como el nuestro. Sería conveniente recuperar el trabajo conjunto y la cooperación entre el CSD y las comunidades autónomas en beneficio del deporte escolar y su integración con las instituciones responsables. Se debería considerar un mayor apoyo económico y un regreso a la planificación anterior, otorgando a los CESA la importancia que realmente merecen. Antonio Montalvo de Lamo, experto en deporte municipal y paralímpico
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