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Antonio Montalvo de Lamo, experto en deporte municipal y paralímpico
22/03/2022 La cultura del esfuerzo
La voluntad para alcanzar una meta, frente a las trabas y dificultades que te encuentras a lo largo de un supuesto recorrido, entrenamiento, competición, vida deportiva..., es, sin duda, un valor de los muchos que tiene el deporte y en cierta manera se reconoce como una cultura del esfuerzo. Este valor ayuda a la formación de la personalidad.
A su vez, se asocia con la cultura, la disciplina, la perseverancia, el control físico y mental, etc. La celebración del reciente Open de Australia de tenis y el triunfo épico en la final de Rafael Nadal me permite hacer una reflexión de estos valores anteriormente enumerados que se identifican con las dificultades, como las lesiones, por las que ha pasado nuestro tenista durante su carrera deportiva y sobre todo en los meses anteriores a la celebración del torneo y en la propia final, por el rumbo que fue tomando el partido y que hicieron aflorar virtudes , como el esfuerzo, la persistencia, la constancia y la superación, en este éxito deportivo de Rafael Nadal. Las cualidades anteriormente citadas no nacen con el deportista, se entrenan y se inculcan desde las edades más tempranas y por este motivo es importante que educadores y entrenadores, que desarrollan su trabajo con jóvenes deportistas, trasmitan la exigencia de conseguir los objetivos deportivos y la mejora de los mismos, entre otras, a través del esfuerzo y de las capacidades que van asociadas al mismo. Toni Nadal, entrenador durante muchos años de Rafa decía recientemente en una entrevista “mi sobrino se preparó durante muchos años para afrontar la dificultad…”, proseguía, “tenía la obligación inculcada por mí al principio, asumida por él después, de no quejarse, de entrar en la pista cada vez con buen ánimo, y de asumir la dificultad, tanto física, como mental”. Es ejemplarizante ver como Rafa Nadal en la recta final de su carrera deportiva sigue fiel a las enseñanzas recibidas por su entorno y día a día sigue fiel a su compromiso en la consecución de sus objetivos deportivos que se reflejan en la competición, en su superación y en su esfuerzo que le ayuda a mejorar sus logros deportivos. Se habla con mucha frecuencia de los valores que aporta el deporte y su práctica y a veces se olvidan los contravalores que habrá que neutralizar con una formación encaminada a que se motive e incentive el sacrificio, la superación del esfuerzo…etc. Sin olvidar otra serie de ellos tan necesarios en la práctica del deporte y de la competición como son el respeto, la tolerancia, el trabajo en equipo, la autodisciplina, la cooperación, la integración…etc. Por todo lo expuesto, será necesario que el deporte siga siendo un medio para alcanzar fines y objetivos personales y sociales y que estos se puedan conseguir desde el trabajo y orientación de educadores, entrenadores, entorno familiar, en definitiva, de todos los agentes que participan activamente en el desarrollo integral de nuestros deportistas, Si todo este proceso se realiza, el deporte será un recurso no solo en la práctica de la actividad física sino que se extrapolará a la propia vida donde ayudará a una mejor integración en la sociedad y por ende a vencer obstáculos y afrontar retos que se plantean en el día a día de los deportistas. Antonio Montalvo de Lamo, experto en deporte municipal y paralímpico
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