El ritmo de vida de la sociedad actual es totalmente distinto al de nuestros padres o abuelos. Vivimos a un ritmo acelerado y, por ello, problemas como el sedentarismo, el estrés y algún factor de riesgo cardiaco (colesterol, hipertensión o diabetes) comienzan lentamente a pasar factura y los problemas cardiovasculares aparecen cada vez más temprano.
Las personas suelen pasan varias horas fuera de sus casas y muchas deciden dedicar unas horas al deporte (incrementando día a día). Algunos corren maratones, otros recurren al gimnasio, a caminar, a andar en bicicleta, etc.
Hay quienes no solo lo hacen por la presión de una cultura de verse bien, sino que ven la actividad física como un hábito saludable para mejorar la calidad de vida y suelen entrenarse dos o tres veces por semana de forma regular. De esa manera van acondicionando el aparato cardiovascular y disminuyendo los factores de riesgo.
En cambio, otras personas, cansadas por su actividad cotidiana prefieren ir a su casa y dedicarse al deporte los fines de semana. En éste caso vemos como los riesgos de sufrir desde lesiones osteo-musculo-articulares hasta cardiovasculares o incluso muerte súbita suelen aumentar por no tener una preparación previa, adecuada, gradual y regular.
Es una situación peligrosa por tratarse de individuos sedentarios, con una inadecuada preparación física que tratan de recuperar en dos días todo aquello que no hicieron durante la semana. Suelen tener músculos débiles, falta de flexibilidad, mala coordinación y seguramente factores de riesgo cardiovascular (a veces controlado, otras no).
Los fines de semana suele haber mayor número de fallos cardiovasculares, muertes súbitas y lesiones deportivas: Desde el punto de vista osteomusculoarticular, nos encontramos con individuos que no tienen preparados sus músculos, articulaciones y tendones para una actividad deportiva ocasional y se dan casos de desgarros, contracturas musculares, esguinces (tobillo, rodilla), lumbalgias, codo de tenista, alguna fractura, etc. Todo ello indica que la base del deporte es el entrenamiento.
A nivel cardiovascular, al no hacer un entrenamiento aeróbico semanal, hay una falta de acondicionamiento cardiaco, agregado a hipertensión arterial, obesidad, sobrepeso o sedentarismo. Los riesgos de una arritmia cardiaca y/o infarto de miocardio pueden estar presentes, en especial en mayores de 35 años, en que la probabilidad de una enfermedad coronaria suele aumentar.
Por eso se recomienda, para aquellas personas sedentarias, que no hacen actividad física semanal, no solo elegir el deporte, sino la intensidad y el tiempo: No ejecutar ejercicios vigorosos, o deportes grupales (Fútbol, Tenis), sino que hay que elegir actividades como caminar, andar en bicicleta, nadar, etc. Los deportes aeróbicos son los aconsejables.
Se sugiere hacer precalentamiento (15-20 minutos), estirar adecuadamente, no fumar tres horas antes y despues del ejercicio, y que la actividad se realice al menos dos horas después de realizar una comida principal.
Norberto Debbag, cardiólogo deportólogo (UBA) argentino
