Seguridad en las Cabalgatas

Estas situaciones serían de normalidad, emergencia y continuidad. Y las correspondientes previsiones para:

- Realizar la cabalgata con plena normalidad según lo programado sin que se produzcan incidentes ni accidentes.

- Tratar de evitar cualquier situación de emergencia, o en el caso de producirse, gestionar su control y minimizar sus efectos.

- Una vez producida y controlada una situación de emergencia, tratar de dar continuidad a la cabalgata, en la medida en que los efectos de la emergencia producida lo permitan. 

De forma generalizada, para la seguridad en las cabalgatas de Reyes, se aplican las medidas de seguridad preventivas que establece la normativa correspondiente, más las instrucciones que determinen en cada caso, los servicios de las autoridades competentes, con inclusión de las medidas para los casos de una emergencia individual y/o colectiva.

Con ello se abordan las situaciones de mantenimiento de la normalidad y de emergencia, pero no de continuidad en aquellos casos en que como se ha expuesto anteriormente, los efectos de la emergencia, si ha podido ser controlada, permitan el restablecimiento de la normalidad y consecuentemente la continuidad de la cabalgata. 

Ahora bien, como se ha expuesto al comienzo de este artículo, cualquier planteamiento de seguridad debiera realizarse teniendo en cuenta los riesgos de los que se necesita proteger, y para conseguirlo de forma eficaz y eficiente, se necesita evaluar los riesgos, mediante el triple proceso de identificación, análisis y valoración de los riesgos posibles, para una vez evaluados, pasar a su tratamiento o control mediante la Gestión de riesgos. Todo ello documentado en lo que se conoce como Plan de Gestión de Riesgos o Plan de seguridad, para lo cual se pueden tomar como referencia para su elaboración las normas ISO 31000 e ISO 31010.

Aplicar la normativa de obligado cumplimiento, es lo debido. Aplicar igualmente lo que dispongan en su momento las autoridades competentes es lo que procede, pero a veces quedarse en la aplicación de lo obligatorio, pudiera suponer el quedarse en el umbral de lo necesario. 

Por eso, porque la seguridad es cosa de todos, hay que cumplir con las medidas que sean de obligatorias, pero complementándolas con otras medidas, protocolos y procedimientos, cuando los riesgos de cada caso concreto así lo requieran, y para eso se necesita un Plan de Gestión de Riesgos. 

Las fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes 2023/2024 que organicen tanto entidades públicas como privadas, que sean de carácter multitudinario, como son las cabalgatas de Reyes, en nuestras ciudades, pueblos, distritos, barrios, calles y plazas, serán nuevamente motivo de alegría de mayores y sobre todo de pequeños, de desfile y exhibición de carrozas, figurantes, personajes y por supuesto de los propios Reyes Magos con su acompañamiento de pajes y ayudantes cargados de regalos, todo ello en un marco de luz y color. 

Pero a los riesgos ya conocidos por sucesos de otros años, de atropello de carrozas a menores, de incendios, de estampidas por falsas alarmas, por agobio debido aglomeraciones o por indisposiciones repentinas de alguna persona que esté presenciando las cabalgatas, se une este año, el riesgo hecho público por la comisaria europea de Interior Ylva Johansson (según sus propias palabras) de “enorme riesgo” de atentados en Navidad en la UE por el conflicto en Oriente Medio (ver, entre otros, los periódicos El Mundo y El País de 5/12/2023). 

Por ello, esta semana está previsto que el ministro Fernando Grande-Marlaska presidirá la mesa de valoración de la amenaza, para definir las medidas para las fiestas. (ver Periódico El Español de 6/12/2023)

Esto no debiera suponer el traslado de un temor a la opinión pública, porque sin duda, por parte de las autoridades competentes, se establecerán las medidas oportunas sobre las ya existentes para contrarrestar una posibilidad de riesgo de atentado. [Recordemos que desde el 26 de junio de 2015, España se encuentra en el nivel cuatro de alerta terrorista de los cinco niveles posibles]. 

Las medidas ya existentes para el mantenimiento de la normalidad y para las situaciones de emergencia (Plan de autoprotección, contando con la derogación de La Norma Básica de Autoprotección por la Norma Básica de Protección Civil) para los riesgos ordinarios, y las que se establezcan con motivo del riesgo extraordinario de atentado, deberán ser aplicadas por parte de los organizadores públicos o privados, teniendo que adaptar todo ello, a las particularidades de cada caso, y en consecuencia a las posibles dificultades añadidas o no, según la configuración de los recorridos previstos, o la de aquellos otros por lo que finalmente se deba optar.

Para esto convendría, como se ha dicho anteriormente, contar con un Plan de Gestión de Riesgos, no sólo para una mejor organización de la seguridad, sino también para disponer de una constancia documental a efectos de responsabilidad legal, de los riesgos identificados en su caso, y del tratamiento aplicado de acuerdo con las directrices que establezcan las autoridades y con las medidas complementarias que la evaluación de riesgos haya hecho necesarias.

Tengamos en cuenta que un porcentaje de las personas asistentes a las cabalgatas de Reyes, son menores, algunos de muy corta edad, lo que supone, a efectos de prever una evacuación en caso de emergencia por atentado, e incluso una estampida por falsa alarma de atentado, una dificultad para el desalojo rápido, por lo que es necesario evitar la alta densidad de ocupación de los espacios destinados para poder ver las cabalgatas, y disponer de calles habilitadas solamente para el desalojo de las personas hacia zonas o espacios seguros. 

Respecto a la situación de continuidad, si la de emergencia ha sido controlada y es posible la vuelta a la situación de normalidad, dependiendo de los efectos debidos a la situación de emergencia, debiera contarse con un Plan de continuidad, para lo cual un referente es la norma ISO 22301. 

Una cabalgata de Reyes, cómo se ha apuntado en este artículo presenta cuatro factores de riesgo:

- Las características de la propia actividad o evento. Carrozas en movimiento con condiciones constructivas y de movilidad seguras. Instalaciones eléctricas protegidas. Adornos ignífugos. Lanzamiento de caramelos hacia el público asistente de forma responsable. Instalación de gradas protegidas y de vallado de seguridad, etc.

- El lugar en el que se realiza (localidad, especificidad del recorrido urbano, etc.)

- Los participantes y asistentes. Aglomeraciones a lo largo del recorrido con alta presencia de niños y niñas. 

- Causas externas a la actividad: Climatología adversa, imprudencias del público asistente, accidentes imprevistos o previstos pero inevitables, y este año la eventualidad de atentado terrorista, etc. 

Pues bien, ante esto, el público asistente tiene un papel esencial para su propia seguridad, y para el buen desarrollo de la cabalgata.

Para ello, sugerimos unas actuaciones básicas en función de las tres situaciones posibles de normalidad, emergencia y continuidad. 

Situación de normalidad: [Recomendaciones generales]:

- En la medida de lo posible, evitar contribuir a formar aglomeraciones y sobre todo a la alta densidad de ocupación en zonas determinadas, aunque sean las de mejor vista de la cabalgata.

- Elegir sitios amplios y calles con aceras anchas, ya que las calles estrechas pueden dificultar el paso y la evacuación, en caso de una emergencia. 

- Mantener una actitud responsable, evitando causar molestias a otros asistentes. (Los paraguas puestos del revés para coger caramelos suponen un riesgo).

- Colocarse siempre detrás de las vallas y en el caso de no existir estas, mantener una distancia prudencial con las carrozas. 

- No subirse a los semáforos, farolas o marquesinas. 

- No cruzar entre las carrozas. 

- No recoger los caramelos caídos al suelo. 

- Utilizar el transporte público.

- Prestar un cuidado especial a las personas que portan carritos con niños pequeños, así como a mayores o con movilidad reducida, para facilitar su tránsito y evitar taponamientos e incidencias.

- Cuando termine el evento abandonar el lugar de forma tranquila, de manera ordenada y paciente, sin carreras y eligiendo las calles menos concurridas. 

Tres reglas sencillas para calcular la densidad que hay alrededor:

- Si no tiene ningún contacto físico con las personas que lo rodean, es probable que la densidad se encuentre entre 2 y 3 personas por metro cuadrado, y en tal caso no hay situación de riesgo.

- Si toca de forma involuntaria a uno o dos de sus vecinos al mismo tiempo, la densidad se sitúa probablemente entre 3 y 4 personas por metro cuadrado. No hay un peligro inmediato, pero sería preferible que empezara a alejarse tranquilamente del núcleo de la congestión.

- Si los movimientos de sus brazos se ven obstaculizados de tal manera que le cuesta acercarse la mano al rostro, hay más de 4 personas por metros cuadrado. ¡Hay demasiada gente! ¡Salga de ahí!

- Cada adulto debe encargarse un solo menor. Nunca más de uno.

- Dotar a los menores de identificación (nombre, apellidos y un número telefónico de contacto) en una pulsera nominativa o rotulada con tinta indeleble en una mano.

- Antes de acudir a las cabalgatas, instruir a los menores sobre los riesgos posibles.

- Explicar a los menores, en caso de perderse, las pautas a seguir sobre lo que deben y no deben hacer. 

- Dirigirse a personas con uniforme (Policías, miembros de protección civil, bomberos o personal de la organización con ropa identificativa). 

- No dirigirse a otras personas desconocidas. 

- No aceptar que personas desconocidas les digan que los van a llevar con sus padres. 

- No descuidar en ningún momento el contacto directo con los menores a nuestro cargo. No soltarles de la mano, sobre todo durante el paso de las carrozas.

-No dejarles que recojan caramelos que caigan al suelo al ser lanzados desde las carrozas. 

-En caso de pérdida de un menor, dirigirse al primer policía que encuentren para ponerlo en su conocimiento. Si no encuentran a ningún policía, llamar al 092, 091 o emergencias 112 para comunicarlo.

Situación de emergencia. [5 recomendaciones básicas].

1. En donde estoy. 

• Mirar alrededor de uno mismo, y examinar visualmente el lugar y el entorno en el que se está. 

2. Por dónde salir en caso de una situación de emergencia.

• Tener previstas las posibles calles de salida hacia una zona segura en caso de una situación de emergencia colectiva.

3. Cómo salir: 

• Tratar de caminar en el sentido del flujo de personas. 

• Replegar los brazos a la altura del pecho para proteger la caja torácica y mantener algunos centímetros de espacio alrededor de las costillas y los pulmones. 

• Dejarse arrastrar por la marea humana procurando mantener el equilibrio. 

• Tratar de situarse en los laterales de la marea humana y aprovechar la primera vía de escape o refugio que se encuentre. 

4. A dónde dirigirme y/o reunirme. 

• Si se va acompañado de otras personas, tener acordado un punto de encuentro.

5. Cómo comunicarme.

• Llevar un teléfono móvil cargado, y con el dispositivo de geolocalización activado. 

Felices y seguras Fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes!!!