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Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid
24/09/2019 Equitación y fisioterapia
La equitación es un deporte muy completo y genera grandes beneficios para la salud. Nos ayuda a tonificar, mejorar el equilibrio, aumentar la concentración, tomar conciencia de la postura y mejorar la movilidad. Durante la monta a caballo, se ha observado que los movimientos del raquis y la pelvis se asimilan a los analizados durante la marcha humana.
Diferentes áreas de trabajo de la fisioterapia Primero nos encontramos la fisioterapia equina, la cual ha comprobado que los caballos reaccionan a nuestras tensiones y a la fuerza que aplicamos. Nuestra falta de equilibrio, tensiones y falta de rectitud pueden llegar a causar lesiones, tanto en el caballo como en el jinete. El caballo es un gran deportista, al igual que ocurre con el deportista humano, la prevención de lesiones juega un papel fundamental en la duración de la vida deportiva del individuo y en su rendimiento. El enfoque multifactorial que requiere la prevención de lesiones en el caballo, va desde el control nutricional y el apropiado ajuste del equipo, hasta la influencia de la posición que el jinete adopta sobre él. Luego tenemos la fisioterapia para el jinete, ya que cuando usamos nuestros cuerpos, se mueven de una manera que para nosotros mismos es normal y conocida, pero la realidad puede ser que nos movamos torcidos, rígidos y con poco equilibrio. Inconscientemente, estos hábitos nos los llevamos a la equitación y muchas veces entorpecen la comunicación con lo que queremos conseguir del caballo, pues no le estamos dando órdenes claras y fluidas. Un fisioterapeuta con conocimientos en equitación puede ayudar al jinete a prevenir lesiones; tener percepción corporal enseñándole cómo es su propia anatomía; descubrir cómo funciona nuestro cuerpo en movimiento, utilizando ejercicios de propiocepción, disociación, respiración, equilibrio, corrección postural, potenciación del CORE, etc. Este aprendizaje requiere que el jinete esté dispuesto a trabajar consigo mismo y no sólo echar la culpa al caballo cuando algo no sale como él quiere. Cuando el jinete aprende a sentir el caballo y a escuchar sus respuestas es cuando realmente disfruta de una equitación confiada, suave y tranquila. Lo ideal es conseguir el equilibrio de respeto y confianza. El caballo es voluntarioso, si no hace lo que queremos, es porque el jinete no sabe transmitir con su cuerpo. La mente y el cuerpo tienen que querer decir lo mismo. Después está la equitación terapéutica, la cual ofrece la posibilidad de llevar a cabo un programa de rehabilitación integral, donde el equipo terapéutico diseña la intervención acorde a las necesidades individuales de cada usuario. El objetivo es trabajar la orientación espacial, la atención, la lateralidad. El paciente tiene autonomía para llevar las riendas, hacer un guión de recorrido, dirigir y parar al caballo. Este método es llevado a cabo por un Equipo multidisciplinar que busca potenciar el desarrollo global de niños y adolescentes con trastornos del desarrollo, así como adultos con afectaciones, sobre todo, de origen neurológico. Es un servicio terapéutico a favor de todas las personas ya sea con necesidades especiales, físicas, cognitivas y/o sensoriales. Por último está la hipoterapia, que es una actividad rehabilitadora en la que el fisioterapeuta utiliza el caballo como herramienta para lograr objetivos terapéuticos, a nivel motor y cognitivo. El paciente no tiene autonomía para dirigir ni intervenir directamente sobre el caballo. El caballo proporciona al paciente aptitudes de las que carece en tierra: capacidad de desplazamiento, velocidad en desplazamiento, altura, excursiones por el campo. Uno de los principios básicos de la hipoterapia es la reproducción de la mecánica del patrón de locomoción normal del ser humano. El resto de principios de la hipoterapia se pueden resumir en dos, el calor corporal del caballo, la temperatura media de estos animales es de 38º, al ser mayor que la del ser humano, puede influir en la vasodilatación y, por tanto, en la regulación del tono muscular de miembros inferiores, de la persona que monta y el segundo son los movimientos rítmicos y tridimensionales que transmite el caballo durante la monta. Un caballo produce 110 movimientos por minuto. Quiero agradecer a mis compañeras fisioterapeutas Mar de Echevarría (Equidinamia) y Mara Solano (Asociación al paso) especialistas en el mundo equino y la equitación terapéutica, por la ayuda en la elaboración de este artículo, por el material recibido, por el aprendizaje adquirido, por haberme compartido sus conocimientos, su pasión por el trabajo bien hecho y el estar ahí para cualquier duda que haya podido surgir. Irma Gutiérrez Giménez (Nº colegiado: 5502) Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid
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