Politización del deporte municipal

Ahora bien, ¿qué repercusiones tiene el juego, y en concreto el juego deportivo, en el ámbito de lo personal y cuáles en el campo de lo social, de lo colectivo, de lo comunitario, en el municipio? Los gastos derivados de deficientes hábitos de salud, de la mala educación, de la insolidaridad o de la falta de respeto a tus vecinos, son los presupuestados por sanidad, educación, servicios sociales o seguridad. Es ahí donde el deporte ha de jugar el papel que culturalmente le corresponde.

La transversalidad del deporte, respecto a los ámbitos de las primordiales necesidades de las personas, lo colocan en una posición especialmente relevante para ofrecer, en la actual situación económica y social, posibilidades de interés a las políticas de salud, de educación, de equilibrio social y de seguridad. En consecuencia solicitamos para el deporte,  más acción política y más visión a  medio y largo plazo. También menos cortoplacismo, menos lugares comunes y tópicos, menos demanda de “despolitización”, como sinónimo de “aquí todo vale”, “cualquiera es válido. 

Abogamos por más deporte, por más acción política en torno a un deporte al que se le llene de los valores que aconsejaron su inclusión en los sistemas educativos de todo el mundo. Un deporte con los principios éticos exigibles a las culturas potenciadas desde la administración, que posibilite la reacción personal y social contra el deterioro ético.  El deporte municipal debe conformar un instrumento de educación para la superación, para la recuperación y para la salud mental.

La política municipal del deporte es el diseño de estructuras complementarias, entre el deporte comercial, el federativo y el que complementariamente deba ofrecer, de forma directa, la administración local. A partir de ahí, lo dicho.