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Pablo Esper Di Cesare
20/04/2015 Pedagogia de la Caricia (2º)
Comenzamos el primer artículo afirmando que “la pedagogía en el entrenamiento y en la enseñanza del deporte con niños es una temática pocas veces abordada en las clínicas y capacitaciones, privilegiando el mostrar muchos ejercicios y sistemas, pero sin detenerse en cómo corregir los errores de movimiento ni en por qué surgen”.
Es necesario recordar que este trabajo está orientado a las edades formativas del jugador de baloncesto por lo tanto hay tres piedras basales de nuestro programa que sirven de base a los preceptos de la Pedagogía de la Caricia: - Primero están los niños y, después, hay que pensar en victorias. - El deporte debe ser divertido. - Tanto el esfuerzo como el buen resultado deben ser recompensados. Esta segunda entrega de la Pedagogía de la Caricia apunta a algunos aspectos fundamentales a tener en cuenta en todo el proceso de enseñanza y de aprendizaje de los niños cuando se acercan al baloncesto, así como distintas consideraciones de orden que sirven a los efectos de mejorar nuestros entrenamientos. Mejora que puede ser planteada no sólo desde el punto de vista de la técnica de ejercitación propuesta, sino a través del mejoramiento de las relaciones humanas y la organización de las prácticas. Son principios simples y sencillos que le ayudarán a mejorar su actividad diaria. Una de las primeras cosas que hace un entrenador novel al tratar de explicar un ejercicio a un niño es dar demasiados detalles que están fuera de la órbita comprensiva del pequeño, es por ellos que nuestras recomendaciones al momento de presentarle una tare a un niño son las siguientes: - Comunicar con entusiasmo (el entrenador debe ser el primer motivado a la hora de estar en clase) - Hablar con claridad. - Tratar de ser breve. Tras presentar la actividad, recomiendo - Lograr la atención del grupo. Desarrollar algunos automatismos frente al grupo y mantener un contacto visual con los deportistas. - Organizar el grupo de modo que todos los deportistas puedan ver lo que se va a presentar. - Dotar de nombre al elemento técnico que se presentará, y también una razón para que se aprenda. Con relación a la demostración del ejercicio, dril o técnica, puede hacerlo el entrenador o uno de los deportistas. Lo importante es lograr que sea eficaz, esto implica que si es el entrenador quien va a realizarla lo haga con corrección tanto de zurda como de diestra, ya que será la primera imagen motora para el niño. Algunos puntos clave para la demostración efectiva son: - Preparar al grupo para la demostración: lugar, atención hacia dónde se mira. - Demostrar y explicar el elemento técnico en cuestión: Explicación simple y breve, dirigir la atención del grupo hacia las principales secuencias de la acción. - Verificar la comprensión de los deportistas y formular preguntas directamente vinculadas con la actividad. Nunca dar por entendida la explicación y pasar directamente al ejercicio. Con relación al tipo de información a brindar nos referimos al importante papel que corresponde a las indicaciones proporcionadas a los deportistas sobre la concreción de las tareas que están por realizar. El objetivo de esta información es, prioritariamente, corregir los errores cometidos. Para ello, tomando base en los preceptos de nuestra Pedagogía de la Caricia, que afirma que nadie reacciona mejor que cuando se le señalan primero las virtudes y luego los errores, propongo a los entrenadores de categorías de formación, realizar la comunicación de la corrección en este orden: - Estimular al niño a seguir entrenando sobre el ejercicio que no le sale, señalándole que es muy importante la voluntad que demuestra en poder resolver la situación. - Observar e identificar el error de concreción, determinando su causa. Tratar de corregir el error luego de que éste surja, corrigiendo primero aquel cuya eliminación conduzca a un mayor progreso. - Dar información eficaz y frecuente. - Proporcionar información de aprobación siempre que esto se justifique. - Ser sincero y honrado al dar este tipo de información al niño. - Utilizar indicaciones simples y precisas. No sobrecargar a los niños con información. - Asegurarse de que los deportistas comprendieron sus indicaciones. - Proporcionar sus indicaciones inmediatamente si es posible, tras la realización de la tarea. La Pedagogía de la Caricia propone una clase de mando compartido, donde el docente propone la actividad y el niño propone variantes al trabajo propuesto manteniendo el objetivo motor del mismo. Pablo Esper, Doctor en Ciencias del Deporte
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