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Pablo Esper Di Cesare

09/02/2015

La Pedagogía de la Caricia (1º)

La Pedagogía de la Caricia (1º) La pedagogía en el entrenamiento y en la enseñanza del deporte con niños es una temática pocas veces abordada en las clínicas y capacitaciones. Normalmente se prefiere mostrar muchos tipos de ejercicios y sistemas pero sin tomarse tiempo en cómo corregir los errores de movimiento ni identificar el hecho de por qué surgen.

En muchos casos, los formadores de jóvenes carecen de una preparación específica, aplicando con los niños modelos antiguos que aplicaron con ellos sus mayores y desconociendo que la psique del niño es diferente a la del adulto. Por lo tanto, los procesos de enseñanza y de aprendizaje son diferentes.

En un primer lugar, considero importante destacar que una condición sine qua non para que el niño aprenda es que el clima emocional de la clase sea alegre y acorde a su período madurativo. El niño tiene que sentir placer por el movimiento, placer por aprender y sentir que se lo pasa bien en las clases para querer repetir. Es un tema de gran importancia que el niño disfrute de su clase. Ese es el primer paso para el logro de adherencia a la práctica deportiva.

El segundo paso es conocer cómo aprende el niño. Todos los entrenadores saben que hasta los 8-9 años los niños no hacen abstracción intelectual del movimiento, por lo cual el niño aprende más por demostración que por largas explicaciones teóricas.

Los técnicos saben que a partir de los diez años deben mostrar menos y explicar más, pero estas explicaciones deben basarse en detalles técnicos fundamentales del movimiento: Pocos, concisos y concretos. En esta etapa es cuando comienza la construcción de la ideo – motora, por medio de la cual el niño, basado en las explicaciones del entrenador, internaliza los movimientos.

Un tercer paso es si empiezo por un gesto técnico o si comienzo con una situación de juego simplificado. Opino que en las categorías más inferiores no hay movimiento técnico que no tenga base en un gesto motor general. Por ejemplo, es muy difícil que el niño aprenda un giro invertido con balón, sino logra correr y girar en 360° sin perder dirección y velocidad sin balón. Un contenido motor general es base de un gesto técnico específico, eso nunca debe olvidarlo el entrenador de formativas.

Debo plantear primero una situación simplificada donde el alumno deba aplicar el gesto técnico que vamos a trabajar en clase. Luego, por parte de preguntas orientadoras lo debo ayudar a encontrar las respuestas al movimiento, hasta que encuentra la solución al problema planteado. Una vez presentado el para qué me va a servir aprender este gesto técnico, es decir, le da un significado a su aprendizaje como diría Ausubel, pasaremos a la situación de 1 x 0 para desagregar el movimiento en pasos técnicos accesorios hasta que pueda desarrollar el fundamento con fluidez y, una vez que lo domina, hay que volver a ponerlo en situación jugada global para que lo aplique.

Acá aparece un tema no menor de la pedagogía. El fundamento que enseño es ofensivo? Entonces cuando pase a la situación de 1×1 o 2×2 debe tener limitaciones la defensa para que el chico aplique el fundamento ofensivo que aprendió con éxito inicial, a través de diferentes etapas que cumpla la defensa como son: totalmente pasiva (solo acompaña y no usa brazos), semi – activa (se incorporan los brazos, pero primero sin robar balón, incluso permitiendo el uso de un brazo si y el otro no en sus inicios), luego defensa activa (acorta distancia y se permite el robo de balón), para terminar con situación defensiva real (si la defensa roba pasa a ser ataque).

Es en este momento en que llegamos al punto central de nuestra idea. Con qué pedagogía corregimos los errores. Consideramos al error como parte del aprendizaje o como algo punible que no debe ocurrir.

Soy un defensor a ultranza de la Pedagogía de la Caricia, lo cual significa que si el alumno no comprende el ejercicio, el principal responsable soy yo el entrenador por elegir un ejercicio que está, parafrasenado a Vigotsky, fuera de su zona de desarrollo próximo, y no puede alcanzar el éxito. Por otra parte, un segundo error pedagógico es normatizar a todos los jugadores con un mismo ejercicio, cuando todos tenemos al menos tres niveles de jugadores en un mismo equipo, por lo cual para desarrollar un mismo fundamento deberíamos presentar este fundamento en formato de tres ejercicios diferentes acordes al nivel motor de cada alumno para que explore sus posibilidades y encuentre aquel ejercicio que le permite alcanzar el éxito, que reafirma su autoestima.

Y aquí un tema central. ¿Cómo corrijo el error? Nuevamente centrémonos en la Pedagogía de la Caricia. El entrenador siempre debe tener presente que su función es ayudar a aprender y no simplemente enseñar. Para ello, su forma de dirigirse al niño nunca debe ser poniendo de manifiesto su impericia o ignorancia (nadie responde emocionalmente bien a los gritos o al maltrato, pedagogía del puercoespín: Ante la agresión utiliza sus púas defensivas).

Por ello, un entrenador que practica Pedagogía de la Caricia debe respetar los siguientes pasos:

- Tener en claro que el centro de su acción pedagógica es el niño que aprende.

- No debe dar la respuesta al error sino que debe usar preguntas orientativas que le ayuden a buscar la respuesta a su error, adaptadas a su nivel educativo.

- El camino de aprendizaje hacia un fundamento técnico no debe tener un solo recorrido sino que hay que aplicar la teoría de la variabilidad del aprendizaje.

- El ejercicio debe estar adaptado a las posibilidades motrices, intelectuales y emocionales del niño, no a la inversa.

- Debe utilizarse el refuerzo positivo, señalando los aspectos que hace bien primero y posteriormente analizar los que debe mejorar.

- Si a pesar de todo esto no encontramos juntos la respuesta, habrá que modificar las actividades planeadas para encontrar otra estrategia que le ayude a aprender.

- Finalmente, hay que centrar la acción pedagógica en etapas de formación basadas en las teorías de motivación al logro y no en las de motivación al éxito.

Porque el deporte infantil debe ser un paso placentero en la formación integral del niño. Cada vez más, los entrenadores de etapas formativas debería revisar sus prácticas pedagógicas y nunca dejar de aplicar la Pedagogía de la Caricia.

Pablo Esper, Doctor en Ciencias del Deporte

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