Adiós a los buenos propósitos

Hay varios momentos a lo largo del año en los que nos planteamos hacer cambios en nuestras rutinas con el objetivo de llevar una vida más saludable, ser mejores personas o simplemente mejorar nuestra existencia. Craso error el autoengañarse de esa manera tan infantil, no solemos cumplir nuestros propósitos. O sí. ¿Tú a qué grupo perteneces?

Tras las los excesos de las navidades, al incio de la primavera, la famosa operación bikini, después del verano, cuando se vuelve a la rutina... Estos son algunos de los momentos claves en los gimnasios notan más movimiento. En el polo opuesto se encuentran el mes de febrero, el de mayo y el de noviembre. Los cambios que no se hayan producido antes.

¿Pero cómo conseguir que febrero no se convierta nuevamente en una promesa incumplida?, ¿Cómo hacer que, lejos de sentirse mal contigo mismo ocurra justo lo contrario? Con algunos pequeños “trucos”:

• Busca en quien apoyarte. Empezar solo cualquier actividad tiene pocas posibilidades de éxito. Ir solo a correr por el parque si no lo has hecho nunca te va a durar una semana, máximo tres. Y habrás vuelto a fracasar. Piensa en alguien como tú, un amigo, un familiar, alguien al que pueda interesarle oír una “propuesta de colaboración”.

• Haz un hueco en tu rutina, siempre a la misma hora, siempre los mismos días, la anarquía en el horario está reñida con la estabilidad. Si eres un valiente, antes de empezar el día, si tienes un par de horas “muertas” a mediodía ese es tu momento, si eres una persona muy ocupada o tienes hijos pequeños posiblemente tu momento sea cuando los peques ya duermen. Cada momento tiene sus ventajas y sus inconvenientes, depende de ti, de tus obligaciones y de tus ritmos de sueño.

• Elige bien la actividad, con dos criterios principalmente: El primero que se ajuste a tus necesidades desde el punto de vista de la salud. El segundo que te guste, o al menos que te “medio guste”. Y creo que debe hacerse en este orden. Si has decidido que febrero no sea el cementerio de tus buenos propósitos posiblemente sea por cuestiones de salud, no de ocio.

• Ponte en manos de expertos, de alguien que te pueda aconsejar bien. Huye de los consejos genéricos, de los gurús y de los “sacacuartos”.

Y como consejo personal, huye de las promesas de grandes avances con poco esfuerzo. Son mentira. ¡Aún estás a tiempo!

Marcos Moreno Cuesta (www.masrendimiento.es)