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José María Buceta, psicólogo deportivo (http://chemabuceta.blogspot.com.es/)

31/01/2017

Los "viejos" rockeros triunfan

Los Hace dos décadas todavía se consideraba que los deportistas que cumplían 30 años eran viejos. Los deportistas de élite se retiraban o pasaban a un segundo plano pronto, y eran sustituidos por otros mucho más jóvenes. Y así se justificaba la especialización temprana, el nido de algunos grandes campeones y tumba anticipada de muchos otros.

Estos podrían haber llegado, incluso más lejos que los anteriores, si en lugar de acelerar su madurez deportiva forzando la máquina, se hubiera respetado el curso que aconsejaban sus condiciones físicas y, sobre todo, psicológicas.

En la actualidad, cada vez tenemos más ejemplos de carreras deportivas longevas y ausencia de jóvenes que sustituyan a los que están arriba. El panorama ha cambiado, aunque lamentablemente, en algunos deportes se sigue apostando por la especialización temprana que masacra a tantos potenciales talentos. En los Juegos Olímpicos de Rio hemos disfrutado de algunos veteranos exitosos. Uno de ellos, Ruth Beitia, la saltadora de altura española que regresó a la alta competición tras haberse retirado después de Londres, 2012, y ganó la medalla de oro con 37 años. Y qué decir de Michael Phelps, ganador de cinco medallas de oro y una de plata con 31 años, en un deporte, la natación, donde antaño se creía que los nadadores eran viejos cuando cumplían los 20. Lógicamente, también ha habido campeones jóvenes, pero ahí han estado esos y otros admirables ejemplos de veteranos exitosos.

Hace dos semanas, tuvo lugar la presentación con su nuevo equipo de Alberto Contador, uno de los únicos seis ciclistas que han ganado las tres grandes vueltas en la historia de este deporte. Con 32 años volvió a ganar el Giro de Italia, y ahora, con 34, su objetivo es añadir a su palmarés otro Tour de Francia. Palabras mayores; pero el objetivo, aunque difícil, parece posible. Contador sigue siendo uno de los mejores del mundo y, de momento, no hay ningún ciclista español que le supere. El único que se le acerca es Alejandro Valverde, quien con 36 años también se mantiene entre los mejores. ¿Dónde están los siguientes?

El ejemplo más reciente lo hemos tenido en el Open de Australia de tenis que acaba de terminar. Las finales femenina y masculina han sido disputadas por cuatro jugadores de más de 30 años. Venus Williams (36), Serena Williams (35),  Rafa Nadal (30) y Roger Federer (35), y en la final de dobles masculino estuvieron los gemelos Brian (38). ¿Y los jóvenes?

Estos y otros ejemplos invitan a pensar, por un lado, qué hacen estos campeones "viejos” para mantenerse a tan alto nivel, y por otro, cómo es que no salen deportistas más jóvenes que les arrebaten ese liderato.

Respecto a la primera cuestión, una explicación es que las ciencias del deporte avanzan, y eso supone mejores métodos de entrenamiento y recuperación, mejor material, mejor alimentación, mejores cuidados adicionales, etc., lo que repercute favorablemente en el rendimiento físico. Además está la motivación. Por un lado, los incentivos económicos; ya que la continuidad conlleva ingresos muy importantes que benefician no sólo al deportista, sino también a quienes lo acompañan. Por otro, los incentivos emocionales; pues el deporte es una fuente de desafíos, satisfacciones y éxitos que enganchan mucho, y es difícil renunciar a eso.

También tiene un peso significativo el mayor grado de madurez de los deportistas. Ahora ven el deporte de una forma más tranquila y más objetiva. Son más conscientes de sus limitaciones, sus fortalezas actuales (que en ocasiones no coinciden con las de antes) y el camino que deben seguir para tener la opción de ganar. Siguen teniendo la energía que aporta la ambición de ganar, pues de otra forma no estarían ahí, pero ya no es una obligación, o no tanto como antes, y por tanto, perder ya no es la amenaza que suponía antaño, lo que favorece que disfruten más y sufran menos con su actividad. Todo esto les da una gran ventaja mental respecto a deportistas más jóvenes que todavía tienen que hacerse o consolidar un hueco en lo más alto.

Asimismo, influye su estrategia. En muchos casos compiten menos que antes, tienen más periodos de descanso y aprovechan las pausas para fortalecer aspectos concretos de su preparación física, mejorar algo en lo técnico y, sobre todo, cargar las pilas. Federer ha ganado el Open de Australia con 35 años, saliendo como cabeza de serie 17! Al competir poco, el ranking empeora, y no sé si alguna vez ha habido un campeón de un Grand Slam que iniciara el torneo desde una posición así, enfrentándose a los mejores desde los dieciseisavos de final, pero eso ha estado compensado, más que con creces, por el aprovechamiento que el jugador ha hecho de este tiempo de ausencia, ya que le ha servido para realizar un trabajo especial que de estar jugando casi todas las semanas, no habría podido llevar a cabo; también, seguramente, para tener más “hambre”, llegar más fresco mentalmente y jugar con esa fortaleza física y psicológica que ha demostrado. Antes, yendo abajo en el quinto set, jamás habría ganado a un portento de la fortaleza psicológica como es Nadal (salvo lesión de este), pero en el decisivo set de esta gran final, fue él quien demostró estar más fuerte que un rival que también lo estuvo.

El caso de Nadal, aun habiendo perdido la final, es similar. Apartado de las competiciones debido a las lesiones, parece haber aprovechado bien ese tiempo para volver ahora con nuevos bríos, tal y como ha demostrado en Australia. Con 30 años quizá no llegue al nivel que tuvo antaño, que fue altísimo, pero vuelve a estar entre los mejores. Las lesiones pueden ser una gran oportunidad para descansar y fortalecer aspectos físicos, técnicos y psicológicos que ayuden a regresar incluso mejor de lo que se estaba antes. Hay muchos ejemplos en diferentes deportes que así lo demuestran. Por eso es inteligente aprovechar una oportunidad así, de la que carecen los que no se lesionan, salvo los veteranos que se dan cuenta y pueden permitírselo. Muchos campeones longevos lo son cuando regresan tras haber abandonado o  haberse tomado un descanso para cargar las baterías y mejorar en algo. ¿Por qué no lo hacen otros deportistas más jóvenes y sin necesidad de lesionarse?

En cuanto a los jóvenes, existen varios motivos que podrían explicar la falta de talentos al más alto nivel en determinados deportes. Uno es que al retirarse más tarde los que están arriba, es más difícil hacerse con un hueco entre los mejores, y eso elimina a algunos candidatos, bien por falta de recursos económicos para continuar (los recursos que no llegan por falta de suficiente éxito), bien por desánimo.

Además, para llegar a lo más alto hay que entrenar muy duro y, sobre todo, ser muy fuerte mentalmente para involucrarse al máximo, renunciar a una vida más cómoda, enfrentarse a retos difíciles, manejar la presión que conlleva tener que ganar y responder a lo que los demás y el propio deportista esperan, superar múltiples adversidades, tolerar la frustración que suponen las derrotas y los contratiempos, mantener la ambición aunque las cosas vayan mal, no conformarse con metas menores, no acomodarse con los éxitos, tener paciencia, etc.

En el primer mundo, las generaciones más jóvenes disfrutan de condiciones de vida y alternativas al deporte que dificultan el sobreesfuerzo físico y mental que es necesario para triunfar. No es una barrera definitiva, y de hecho hay grandes campeones que han disfrutado de un entorno cómodo, pero en bastantes casos, junto a otros factores, esto también influye.

El conformismo y el acomodamiento no son sólo un problema de algunos deportistas, sino también de entrenadores e instituciones. Por ejemplo, no hay muchos entrenadores dispuestos a intentar sacar adelante a un gran campeón con las implicaciones de dedicación y renuncia que eso conlleva, sobre todo cuando las contraprestaciones económicas a corto plazo no lo compensan.

Es más cómodo, por ejemplo, trabajar en una escuela de tenis con chicos que entrenan un par de días a la semana, o limitarse simplemente a cumplir con quienes en principio pretenden llegar arriba pero tarde o temprano tiran la toalla, que implicarse al máximo con lo que eso supone. También están los entrenadores que exprimen a los deportistas jóvenes para obtener éxitos tempranos y satisfacer su ego y sus ambiciones cortoplacistas.

Muchos de estos chicos se lesionan o se queman y salen frustrados. Lo fácil es masacrarlos y ver si así, además de ganar ahora, alguno que sobreviva sale. Lo difícil es elaborar un plan razonable en lo físico, lo técnico y lo psicológico que permita al deportista avanzar de verdad y tener la posibilidad de desarrollar al máximo su talento. En la sociedad actual se fomenta la búsqueda del éxito fácil y rápido. En el deporte, salvo casos muy excepcionales, es difícil alcanzar y mantener el éxito por ese camino.

La buena noticia de todo esto es que seguimos disfrutando de los "viejos" rockeros del deporte: de la belleza y emoción de sus extraordinarias actuaciones, de sus grandes gestas que ponen la piel de gallina y, sobre todo, de su encomiable ejemplo de superación.

José María Buceta, psicólogo deportivo (http://chemabuceta.blogspot.com.es/)

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