Los fichajes en equipos de cantera

En estos días observamos cómo los grandes clubes españoles incorporan jugadores jóvenes de otros clubes más pequeños a sus canteras, es un hecho que muchos de ellos no llegarán a ser figuras, o ni siquiera se podrá saber si serán buenos jugadores por su corta edad. Sin embargo, se deciden a dar ese salto con la incertidumbre que ello supone.

Este argumento lo esgrimen los clubs y colegios ante los padres y jugadores de los chicos que abandonan su disciplina para cambiar de aires e incorporarse a estos grandes clubes, Madrid, Estudiantes, mi querido Fuenlabrada, Rivas, Creff… pero también hay otros que dan pasos intermedios buscando mejorar.

Discrepo de aquellos que piensan que se equivocan los chavales que saben que serán residuales en estos equipos y que no jugaran minutos marchándose a un club grande, y discrepo por el mismo argumento esgrimido por los clubes en contra. Un jugador que milita en un club que entrena a niveles parecidos en horas y dedicación a estos grandes clubes, debe pensarse si dejar su club o no, pero todos aquellos que su club de pertenencia no les puedan ofrecer un nivel deportivo similar (aunque es simplemente imposible a veces compararlos) y sobre todo las horas de trabajo y el nivel de entrenamientos debe cambiar sin duda, a pesar de perder protagonismo y por lo tanto minutos.

Como he comentado antes hay que medir también todas las realidades, sociales, escolares y deportivas, pero a veces mantenemos a jugadores en equipos competitivos y tienen tanta dificultad como en equipos grandes para encontrar minutos, un club clasificado entre el 3 y el 6 de Madrid con tres buenos aleros en su equipo compiten entre ellos también en minutos por ejemplo. He visto con frecuencia que los conceptos de formación y minutos “regalados” son igual de exigentes en clubes pequeños, o a veces más que en los grandes.

La opción primera es pensar en la felicidad del jugador y no tengo duda que inicialmente hay que ver como una oportunidad que los jugadores jóvenes jueguen en los equipos grandes, aumentará sus horas de trabajo, tendrán más y mejores medios para aprender y sobre todo estarán rodeados de otros jugadores excelentes, esta circunstancia hará sin duda que entre semana y por la razón que mas aprenden los jóvenes, mimetismo e intensidad, mejoren sustancialmente. Piensen ustedes que los jugadores se hacen buenos “a pesar” de tener entrenadores y padres.

Nuestra actitud como entrenadores y padres deberá ser dar apoyo a estos chicos para que comprendan que ahora no son las “estrellas” del equipo, llevar una actitud honrada y humilde, que comprendan que cuando militan en un Madrid, Rivas o en un Estudiantes en las canteras pasan a una escala superior, pero eso no significa que sean buenos jugadores y que si se diera una actitud de “creídos” seguro que vendrán otros por la derecha o por la izquierda y en breve nos adelantarán. Los grandes clubes no se “casan con nadie” y por lo tanto con ese convencimiento hay que ir, a disfrutar del regalo de jugar en un gran club, dure un mes, un año o un minuto, y nosotros como clubes, entrenadores y padres, aprovecharnos del periodo extra en la formación del jugador hasta que este vuelta a sus orígenes. ¿O acaso no llevarías a nuestro hijo a un colegio en USA si pudiéramos? ¿Le dejaríais en el de toda la vida para que no se acostumbrara a lo bueno?. A demás las ilusiones bien enfocadas pueden ser muy aprovechables.

Como jugador y luego como entrenador he visto innumerables casos de jugadores increíbles en canteras, llamados a ser “estrellas”, incluso de Selección Española que fueron incapaces de superar con éxito su paso por la Liga EBA o Nacional a los pocos años. También he visto como algunos jugadores llegaron a la élite sin pasar nunca por canteras de equipos grandes españoles, por ejemplo Sergio Llull (La Salle Mahón) o Andrés Miso (Eurocolegio Casvi). Navarro no fue seleccionado hasta los 18 años y la élite del basket está llena de jugadores que nunca fueron convocados por sus selecciones autonómicas en Infantil y Cadete.

Invito a los grandes clubes a que abran sus alas a mas clubes con convenios de colaboración, que dejen crecer a los jugadores en esos clubes haciéndoles seguimiento y completando su formación, y sobre todo que no fichen a jugadores solo para que no lo tenga su rival, o para debilitar a estos clubes de la parte alta de la tabla que sería mucho mejor dejarles en ellos con acuerdos de formación y colaboración.

Y ahora una última reflexión para todos estos jóvenes de tanto talento en fase de formación, seguir llamando a vuestros amigos de vuestro club o colegio de origen, ir a ver sus partidos sin arrogancia e invitarles a compartir con vosotros vuestro éxito, no dejéis de jugar en vacaciones con ellos al basket o a la consola… en definitiva no perdáis nunca vuestras raíces, os ayudará a ser mejores personas, relativizaréis el brillo del “mini éxito” conseguido y por encima de todo seréis más felices. Y a los compañeros que se quedaron en el equipo, sentiros orgullosos de vuestro compañero, no le envidiéis, alegraros de su éxito que sin duda es también el vuestro, recordando que por estadística es bastante probable que volváis a ser compañeros en el futuro.

El baloncesto es un juego, y como en todos los juegos hay que divertirse y ése debe ser nuestro objetivo principal. Trabajar todo lo que podáis con constancia e ilusión, sólo el trabajo os llevará al éxito, como dijo Santa Teresa, “trabajar como si no os fuerais a morir nunca y vivir como si os fuerais a morir mañana”. En nuestro deporte es imposible que el "duende" os lleve a la cima, sólo lo hará el trabajo duro.

Juan Figueroa, alcalde de San Agustín del Guadalix