Las San Silvestres Badajoz y Mérida reunieron más de 4.000 corredores

Más de 2.750 personas, de todas las edades y condición física, participaron en la San Silvestre 2015 pacense con salida y llegada en el Arco del Peso. Los primeros en llegar fueron los ganadores de la edición anterior: entre los hombres Jonathan Gaveta y, de las mujeres, Estefanía Domínguez.

Más que una prueba deportiva, que lo era, muchos de los congregados en la plaza Alta de Badajoz se lo tomaron como una oportunidad de diversión, y no se equivocaron, salvo por el repecho del Campillo hacia los Jardines de la Galera, que obligó a más de uno a pararse o terminar andando.

Esta prueba forma parte de la Silvestrada Extremeña, de la que quedan por resolverse Talavera y Pueblonuevo.

Participaron unos 1.400 corredores, algunos menos que el pasado año a pesar de que los organizadores tenían la expectativa de superar los 2.000 inscritos. Sin embargo, el cambio de horario del evento, que ha pasado de celebrarse por la tarde a la mañana, ha podido ser la causa de este leve retroceso.

"Este año ha habido un pequeño bajón en el número de inscritos, porque probablemente la peculiaridad que tenía la carrera de Mérida es que fuera por la noche, ya que solo se celebran así la de Burguillos del Cerro y la de aquí", explicaba la presidenta del club de atletismo Emérita Atlética, Soledad Díez-Madroñero. De esta forma, adelantó que para el próximo año tendrán que volver a estudiar el horario. Para la responsable de uno de los organizadores del evento, junto con la peña madridista Nuestra Señora de la Antigua y la delegación de Deportes, esta carrera supone "aunar el deporte con la diversión para que la gente participe en la prueba y se sienta bien".

Las carreras se desarrollaron en la avenida Juan Carlos I y todos los participantes de las categorías inferiores tuvieron medalla, así como trofeos para los tres primeros atletas de cada tanda. "Nuestro objetivo es pasarlo bien y disfrutar antes de acabar el año", afirmaba José Luis Quesada, integrante del grupo Los Caperulolis que cada año acuden disfrazados.