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Estudio de las universidades Politécnica y Europea
29/10/2015 La actividad física en personas adultas mejora la salud mental
Las personas adultas que realizan actividad física regular presentan niveles de salud mental superiores a las que son inactivos, según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid en colaboración con la Universidad Europea.
Los adultos residentes en la Comunidad de Madrid que declaran realizar niveles altos o moderados de actividad física total, o durante su tiempo de ocio, presentan niveles de salud mental superiores a aquellos que realizan un nivel bajo de actividad física. Esto es lo que concluye un trabajo llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en colaboración con investigadores de la Universidad Europea (UEM). Además, han encontrado que el nivel de actividad física realizada en el tiempo libre se relaciona de forma inversa con la vulnerabilidad a los trastornos mentales. Estos resultados podrían ser relevantes para el desarrollo de políticas y estrategias encaminadas a la mejora de la salud de la población, con el consiguiente uso más eficaz de los recursos sanitarios. El equipo de investigadores de la UPM y la UEM ha llevado a cabo un estudio que revela la existencia de relaciones entre la actividad física y la salud mental en la población de Madrid. Viene dado a través de la preocupación por el deterioro de la salud especialmente en las sociedades con mayores índices de desarrollo económico. Así es necesario buscar estrategias que puedan disminuir la incidencia de este tipo de patologías. En una muestra de residentes en la Comunidad de Madrid de entre 15 y 74 años se encontró que el 15% padecía algún tipo de trastorno mental y que el 19,8% eran insuficientemente activos según las recomendaciones actuales. El objetivo del trabajo de investigación consistió en analizar, además, la posible asociación entre la actividad física y los niveles de salud mental, valorando si dicha asociación se modificaba en función del nivel de actividad física (bajo, medio o alto) y el ámbito en el que se realizaba (ocupación, desplazamiento o tiempo libre). Finalmente, también se evaluó si la actividad física se encontraba relacionada con la vulnerabilidad a los trastornos mentales. La metodología utilizada por los investigadores en este trabajo resulta más completa que la usada en otros estudios previos. En concreto, para cuantificar la actividad física se utilizó el Global Physical Activity Questionnaire, que proporciona información sobre la intensidad, la frecuencia y duración de las actividades físicas desarrolladas en diferentes dominios (trabajo, desplazamientos y tiempo libre). Y para medir el estado de salud mental se utilizó el General Health Questionnaire, un instrumento autoadministrado de cribado que detecta morbilidad psicológica y posibles casos de trastornos psiquiátricos en contextos como la atención primaria o en la población general. Los resultados obtenidos muestran que los niveles de salud mental de la población madrileña varían según sus niveles de actividad física en el tiempo libre y de actividad física total (suma de la actividad física realizada en el trabajo u ocupación habitual, en los desplazamientos activos y en el tiempo libre). Así, entre las personas que señalaron realizar niveles altos o moderados de actividad física total, se encontraron mejores niveles de salud mental. Considerando solo la actividad física efectuada en el tiempo libre, el riesgo de padecer patologías de salud mental en los individuos “suficientemente activos” (es decir, en aquellos que realizaban niveles altos o moderados de actividad física) se reducía hasta un 56% o un 54% respecto de los individuos “insuficientemente activos”, según fuese el nivel de actividad física moderado o alto, respectivamente. Pese a que estas relaciones entre actividad física y salud mental también han sido halladas en otras investigaciones previas, aún existen muchas lagunas en el conocimiento de los mecanismos que las regulan, por lo que resulta necesario desarrollar más investigaciones al respecto. En la actualidad, los problemas de salud mental vinculados a trastornos considerados menores constituyen un importante problema de salud comunitaria, consumen una buena cantidad de recursos sanitarios, tanto en visitas como en fármacos y son una de las principales causas de medicalización de la vida cotidiana. Por ello, abordar preventivamente este tipo de problemas a través de la actividad física podría ser de utilidad para lograr un uso más eficaz de los recursos sanitarios. Este aspecto debería tenerse en cuenta para el desarrollo de políticas y estrategias encaminadas a la mejora de la salud de la población. Para acceder al estudio pulse aquí. Munideporte.com
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