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Estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia)
27/09/2018 Caminar 35 minutos diarios puede reducir los síntomas de un ictus![]() La principal autora del estudio, Katharina S. Sunnerhagen (Universidad de Gotemburgo), explica la importancia de incorporar el deporte a la rutina diaria de las personas: “El accidente cerebrovascular es una causa importante de discapacidad, por lo que es fundamental encontrar formas de prevenirlo o, al menos, reducir la discapacidad causada. Si bien el ejercicio beneficia la salud de muchas maneras, nuestra investigación sugiere que incluso el simple hecho de realizar una pequeña cantidad de actividad física cada semana puede tener un gran impacto en el futuro a la hora de reducir la gravedad de un posible ictus”. Para llegar a estas conclusiones, se analizaron dos registros suecos de accidentes cerebrovasculares e identificaron a 925 personas con una edad media de 73 años. Los registros incluían datos sobre la gravedad basados en síntomas como los movimientos de los ojos, los brazos y la cara, el nivel de conciencia y las habilidades del lenguaje. De los participantes del estudio, el 80% tuvo un accidente cerebrovascular leve. Con el fin de determinar la actividad física, se preguntó a aquellos que habían sobrevivido a un accidente cerebrovascular cuánto ejercicio realizaban antes del ataque. Las preguntas sobre la duración y la intensidad de la actividad se usaron para determinar la cantidad media de ejercicio. Además, se pidió a sus familiares que confirmasen estos niveles. Una actividad física leve se definió como caminar al menos cuatro horas a la semana, y la moderada como hacer un ejercicio más intenso, como nadar, caminar rápido o correr de dos a tres horas a la semana. Los expertos recomiendan caminar, al menos, 35 minutos diarios. De los participantes, el 52% afirmó que estaba físicamente inactivo antes del accidente cerebrovascular. Pese a la limitación que supone que fueran los propios participantes los que informaron sobre su propia actividad, debido a la posibilidad de que la memoria haya quedado afectada, los resultados mostraron que las personas que realizaban ejercicio de leve a moderado antes de sufrir un accidente de estas características tenían el doble de probabilidades de reducir su gravedad, en comparación con los sedentarios. De las 481 personas físicamente inactivas, 354 tuvieron un accidente cerebrovascular leve; de las 384 que practicaba una actividad física ligera, lo sufrieron 330 y de 59 personas que se involucraron en actividad física moderada, lo padecieron 53. En conjunto, los investigadores observaron que la actividad física ligera y moderada era igualmente beneficiosa. Sunnerhagen concluye que “cada vez hay más evidencia de que la actividad física puede tener un efecto protector en el cerebro y nuestra investigación se suma a esa evidencia. Se necesitan más análisis para comprender mejor cómo esta influye en la gravedad de un accidente cerebrovascular. Por último, se debe controlar la inactividad como un posible factor de riesgo”. Para acceder al estudio (en inglés), pinche aquí. Munideporte.com
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