Las claves para un sistema de juego efectivo

Una vez que tenemos formado nuestro equipo de fútbol es importante buscar un sistema de juego que sea efectivo. Para ello, intentaremos que exista un buen equilibrio por líneas, que los jugadores sepan moverse y que todos los que participan del juego (incluidos los que están en el banquillo) no pierdan la concentración durante el partido.

No obstante, existen circunstancias externas que restan efectividad y hacen que no siempre este sistema sea igual de válido. Cuando nos encontramos ante terrenos resbaladizos, hay que tener en cuenta que los jugadores de menor peso tienen ventaja sobre los altos y corpulentos, ya que se desenvuelven mejor por tener más velocidad y agilidad. También usaremos tacos largos e intentaremos que los pases sean al pie del compañero, para que el balón no tenga que deslizarse y coja demasiada velocidad. Por el contrario, en los terrenos duros, utilizaremos el pase de volea y tiraremos con frecuencia a gol, ya que el terreno dificultará la estirada del portero.

Otros dos aspectos que suelen influir son los campos con abundante hierba. En este caso, intentaremos evitar la conducción del balón con el fin de ahorrar energía y los correteos innecesarios, procurando que el adversario sí que lo realice, para cansarlo físicamente. Por último, cuando hace viento, no es aconsejable el pase largo, ya que la fuerza del viento desviará la trayectoria del balón. Lo ideal es que el portero saque a bote pronto, ya que la trayectoria es más baja que si lo hiciese de volea.

A la hora de valorar estas circunstancias, los entrenadores deberán elegir el campo con el viento a favor y de espaldas al sol y, en casos de terrenos embarrados, elegiremos esta superficie en primer lugar, ya que con el transcurso del partido se deteriorará más.

Luis López Nombela, Entrenador Nacional de Fútbol