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Elaborado por la Universidad de Kyushu (Japón)
21/02/2018 Un estudio revela tres hábitos alimentarios que ayudan a adelgazar![]() El artículo, publicado en la revista digital “BMJ Open”, indica que los cambios en estos hábitos puede tener importantes consecuencias para la salud, como reducir el riesgo de sufrir obesidad y sobrepeso y la circunferencia de la cintura. Los investigadores basaron sus hallazgos en los datos del seguro de salud de cerca de 60.000 personas con diabetes de Japón que se sometieron a chequeos de salud regulares entre 2008 y 2013. Los datos incluían información sobre las fechas de las consultas y los tratamientos, mientras que los controles incluían medidas de peso (IMC) y circunferencia de la cintura, así como los resultados de las pruebas de química sanguínea, orina y función hepática. Durante los chequeos se preguntó a los participantes sobre su estilo de vida, incluidos sus hábitos alimenticios y de sueño, así como el consumo de alcohol y tabaco. Se les preguntó específicamente sobre su velocidad de alimentación, que se clasificó como rápida, normal o lenta, y si hacían algo de lo siguiente tres o más veces a la semana: Cenar dentro de las dos horas anteriores a irse a dormir, tomar algo después de la cena y saltarse el desayuno. Un 36,5% de los participantes se hizo un chequeo durante los seis años, el 29,5% se realizó dos y un 20% se hizo tres. Al comienzo del estudio, 22.070 personas devoraron rutinariamente sus alimentos, 33.455 comieron a una velocidad normal y 4.192 se demoraban en cada bocado. Los que comían lentamente tendieron a ser más saludables y tener un mejor estilo de vida que los que lo hacían de forma rápida o normal. Alrededor del 52% cambió su velocidad de consumo en el transcurso de los seis años. Todos los aspectos de los hábitos alimenticios y de sueño estudiados, así como el consumo de alcohol y la obesidad previa, se asociaron significativamente con la obesidad. Después de tener en cuenta los factores potencialmente influyentes, los resultados mostraron que, en comparación con aquellos que tendían a engullir sus alimentos, los que comían a una velocidad normal registraban un 29% menos de probabilidades de ser obesos, aumentando al 42% para los que comían lentamente. Esto se explica al vincular el comer rápidamente con la tolerancia a la glucosa y la resistencia a la insulina. Los investigadores sugirieron que aquellas personas que comen rápido tardan más tiempo en sentirse llenos, mientras que esto podría ocurrir más rápido para los que comen lentamente, lo que ayuda a frenar su ingesta de calorías. Además, a pesar de que las reducciones absolutas en la circunferencia de la cintura eran pequeñas, fueron mayores entre los participantes en el estudio que comían a velocidad lenta y normal. Picotear después de cenar y comer dos horas antes de irse a la cama tres o más veces a la semana también estuvieron estrechamente relacionados con cambios en el IMC. Los científicos concluyeron que "los cambios en los hábitos alimenticios pueden afectar a la obesidad, el IMC y la circunferencia de la cintura. Las intervenciones destinadas a reducir la velocidad de la alimentación pueden ser eficaces para prevenir la obesidad y reducir los riesgos de salud asociados". Para acceder al estudio (en inglés), pinche aquí. Munideporte.com
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