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Estudio de la Universidad de Columbia (UK)
10/01/2018 Correr en cinta retrasa la aparición de los síntomas del Parkinson
Un estudio realizado por la Universidad de Columbia (Reino Unido) revela que correr en cinta, con alta intensidad, retrasa la aparición de los síntomas de los enfermos de Parkinson. De esta forma, los pacientes podrían ralentizar la ingesta de medicamentos en las primeras etapas de la enfermedad y evitar la pérdida de la capacidad de acción.
La investigación, publicada en la revista científica The JAMA Neurology, indica que, aunque el Parkinson es una enfermedad neurológica progresiva incurable, hay métodos de tratamiento que pueden retrasar la necesidad de tomar medicamentos, como hacer ejercicio de alta intensidad. La ingesta de fármacos temprana conduce a una importante pérdida de la capacidad de acción y, por ello, los investigadores estudian los métodos para que el paciente comience el tratamiento lo más tarde posible. Es el caso de correr en cinta, que, de manera intensa y prolongada, puede ayudar a aquellas personas que acaban de ser diagnosticadas, ralentizando la aparición de síntomas, la toma de fármacos y posibilitando la convivencia con la enfermedad sin graves consecuencias durante un mayor período de tiempo. Para llegar a estas conclusiones, los científicos trataron la carrera intensa en cinta como un medicamento más, con el fin de obtener los datos más concluyentes posibles. Así, se rastrearon diferentes cantidades o dosis de ejercicio en un ensayo clínico en grupos grandes de personas y se examinó a 128 hombres y mujeres a los que se había diagnosticado Parkinson en un período máximo de cinco años y que no habían tomado medicamentos. Estos fueron divididos en grupos y cada uno de ellos llevó distintos ritmos de ejercicio en la cinta de correr. Los resultados mostraron que aquellos pacientes que habían llevado a cabo un ejercicio más intenso durante los seis meses de la investigación no habían desarrollado más síntomas de la enfermedad y se mantenían en el mismo estado que cuando comenzó la investigación. La debilidad, rigidez en los músculos, pérdida de equilibrio y caídas son síntomas propios del Parkinson que pueden dificultar el ejercicio y ser potencialmente peligrosos, por lo que, hasta que este tipo de investigaciones ha salido a la luz, era poco frecuente que este tipo de enfermos realizase deporte. Universidades como las de Northwestern o Colorado, junto a otras instituciones, ya han comenzado a considerar el ejercicio como un tratamiento para el Parkinson dados los últimos hallazgos. Aún así, los expertos recomiendan consultar a un médico o a un entrenador deportivo familiarizado con la enfermedad para realizar un programa de entrenamiento acorde a las condiciones del paciente. Para acceder al estudio (de pago y en inglés), pinche aquí. Munideporte.com
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