La UPNA promociona la actividad física entre su personal docente

La actividad está organizada a través de la Unidad de Cultura y Deportes de la UPNA, en colaboración con la Unidad de Asistencia Sanitaria del centro y el Centro de Estudios, Investigación y Medicina del Deporte del Gobierno de Navarra. Pueden inscribirse los miembros del Personal de Administración y Servicios (PAS) y del Personal Docente e Investigador (PDI).

Esta iniciativa se puso en marcha el pasado curso y se basa en la actividad física como forma de mejorar la salud. Pretende incorporarla a las rutinas cotidianas como hábito de vida saludable. Las personas participantes presentan problemas tales como hiperglucemia, colesterol, obesidad o diabetes tipo 2 no insulino dependiente y se concentran en dos grupos. Uno de ellos, los lunes y miércoles, de 17:00 a 18:30 horas, y, el otro, los martes y jueves, de 12:00 a 13:30 horas. 

Antes de comenzar el programa, durante las dos primeras semanas de septiembre, se realizan una serie de pruebas y, en caso de necesidad, análisis o pruebas de esfuerzo a cada uno de los participantes. El objetivo es determinar si hay factores de riesgo o patologías y descartar contraindicaciones para el ejercicio, para, en la siguiente semana, adaptar el programa de trabajo y las cargas a cada caso concreto. Unos test iniciales y otros finales permitirán, asimismo, evaluar la evolución de cada uno de los participantes de los grupos, que, junto con otra analítica final, dará información precisa sobre el trabajo realizado y la mejora conseguida.

Los entrenamientos están diseñados y conducidos por la monitoria Cristina Morente Sebastián, licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y trabajadora en las instalaciones deportivas de la UPNA, y consisten en un calentamiento previo y una serie de ejercicios combinados de fuerza y resistencia aeróbica (entre otros, presa de piernas o media sentadilla, dorsal, pectoral, bíceps, tríceps y abdominales dinámicos, así como juegos ligeros y variados), sin superar el 85% de la frecuencia cardíaca máxima como parámetro de seguridad. También se realiza una sesión de estiramientos para volver al estado de calma. Este entrenamiento combinado mejora los factores de riesgo cardiovascular, reduce la grasa visceral y subcutánea y evita que se pierda la masa muscular.

Para controlar el efecto de las tablas, cada uno de los participantes llevará un pulsómetro y se autoevaluará diariamente para determinar si la cantidad de ejercicio es adecuada o no (por exceso o defecto) y si se puede ajustar en la próxima sesión. El hecho de ejercitarse en grupo también incide de manera positiva en la motivación y facilita la adherencia y continuidad en el deporte, factor fundamental para su incorporación como hábito saludable.

Para la segunda edición del programa, que se desarrollará durante el último semestre del año, la universidad ha convocado 30 plazas.