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Servicio de Geriatría-Complejo Hospitalario de Navarra
17/02/2017 El ejercicio previene el deterioro de los mayores hospitalizados
El Servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario de Navarra está desarrollando un programa pionero de prevención del deterioro funcional y cognitivo en personas mayores hospitalizadas. Las conclusiones preliminares señalan que el ejercicio controlado reduce en más de un 50% el riesgo de sufrir estas patologías vinculadas al ingreso hospitalario.
El programa se ha llevado a cabo, hasta el momento, con 300 personas de entre 75 y 103 años. Se inició hace dos años y los resultados definitivos se conocerán dentro de seis meses. Colaboran la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y profesionales del grupo de investigación en Geriatría de Navarrabiomed. El estudio clínico está demostrando que el ejercicio controlado en personas mayores enfermas reduce en más de un 50% el riesgo de sufrir discapacidad y deterioro cognitivo vinculados al fuerte impacto que suponen los ingresos hospitalarios en edades tan avanzadas. El principal objetivo es comprobar si a través del entrenamiento multicomponente se pueden obtener beneficios en las personas hospitalizadas en el Servicio de Geriatría, lo que abriría las puertas a que este tipo de asistencia se instaurase en la práctica clínica diaria. Pese a los riesgos que supone una hospitalización para una persona mayor, este periodo se considera una oportunidad para modificar su trayectoria vital y establecer pautas para prevenir el incremento de su fragilidad mediante una intervención multidisciplinar y multiprofesional. Este estudio aspira a ser un punto de partida para trasladar a todos los ámbitos asistenciales. Las dos características del programa son que se aplica en personas muy mayores (la edad media de los participantes es de 87 años) y que se trata de pacientes con un proceso agudo que ha originado su ingreso hospitalario, normalmente infecciones respiratorias (neumonía) o insuficiencia cardíaca. Los participantes realizan un programa controlado de ejercicios de fuerza, equilibrio y marcha adaptados a sus posibilidades. Al inicio del protocolo, se calcula su capacidad de repetición máxima (RM1) en todos los ejercicios de fuerza para poder individualizar la prescripción. En función del estado de cada uno de ellos, se determina una intensidad de entrenamiento de entre el 30 y el 60% de su capacidad (intensidad media-moderada), que se repite durante un mínimo de seis días consecutivos (incluidos fines de semana y festivos), bajo la supervisión individualizada de expertos. La práctica de ejercicio físico durante la hospitalización contribuye a la reducción del dolor y evita complicaciones relacionadas con la inmovilización, como la aparición de las heridas conocidas como úlceras por presión en pacientes que pasan muchas horas en cama, la generación de trombos o el aumento de la debilidad de un tipo de paciente que es especialmente vulnerable a los efectos de permanecer encamado. Permite también romper con la rutina que supone el ingreso hospitalario, disminuye los riesgos que genera una estancia pasiva, mejora el estado de ánimo y estimula el interés general de los pacientes por los beneficios del ejercicio. Los mayores que han participado hasta ahora vienen experimentando mejoras de un 35% en su nivel de fuerza en las extremidades inferiores y del 18% en extremidades superiores. Este aumento de fuerza repercute en mejoras funcionales para realizar acciones de autocuidado básico (vestirse, calzarse, asearse, etc.) y para andar, con casos de personas que apenas podían levantarse y que salen del hospital andando autónomamente. El equipo de Geriatría ha destacado también las mejoras registradas en las funciones cognitivas de los participantes, que atribuyen a los beneficios psíquicos que aporta el ejercicio y al componente “socializador” que tiene el programa, debido a las relaciones que genera con el equipo de trabajo. A medio plazo, se considera que la incorporación de una rutina de ejercicio en personas mayores de 70 años puede repercutir en una mejor calidad de vida, un menor número de ingresos y reingresos hospitalarios y menor institucionalización o más tardía. Este protocolo de ejercicio en pacientes agudos ha suscitado un gran interés entre profesionales de los centros de salud y geriatras de ámbito internacional. Especialistas de Alemania, Inglaterra e Italia han visitado el Servicio del CHN para conocer el programa. El Servicio de Geriatría del CHN fue pionero en la creación de unidades hospitalarias de atención geriátrica en todo el país, junto con el Hospital Central de la Cruz Roja de Madrid. En la actualidad, cuenta con ocho facultativos, medio centenar de profesionales de la enfermería y auxiliares y dispone de entre 35 y 40 camas para pacientes hospitalizados. El servicio realiza consultas externas, interconsultas solicitadas desde otras especialidades, atiende a pacientes de Ortogeriatría y colabora con la residencia El Vergel, de titularidad pública y dependiente del Gobierno de Navarra. El equipo que desarrolla este programa preventivo está compuesto por los siguientes profesionales: Nicolás Martínez Velilla (jefe del Servicio de Geriatría del CHN), Sergio Ladrón Arana (jefe de la Unidad de Geriatría), Álvaro Casas Herrero (presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica), Mikel Izquierdo (catedrático de Fisioterapia de la UPNA), Fabricio Zambon Ferraresi (licenciado en Educación Física y doctor en Ciencias de la Salud) y Mikel López Sáez de Asteasu (fisioterapeuta). Munideporte.com
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