Realizar actividad física moderada de forma regular puede aumentar la esperanza de vida hasta tres años. Además, se registran menores niveles de estrés y ansiedad, así como una mejor autoestima. Ésta es la principal conclusión de un estudio elaborado por investigadores del National Cancer Institute (EE.UU). Munideporte le ofrece el informe.
Este trabajo, publicado en la revista “Plos Medicine”, confirmó que actividades de intensidad moderada, como caminar de forma ligera, una media de 150 minutos a la semana puede aumentar la esperanza de vida hasta tres años. También se detectaron beneficios en personas con niveles más bajos de ejercicio, ya que aquellos con una media de 75 minutos dedicados al deporte la aumentaron casi dos años.
Los resultaron indicaron que quienes hacen ejercicio físico de forma regular viven más tiempo que las personas sedentarias, incluso cuando padecen sobrepeso. El autor principal de la investigación, Steven Moore, explicó que “nuestros resultados ponen de relieve la importante contribución que el tiempo libre dedicado a la actividad física en la edad adulta puede otorgar a la longevidad. El ejercicio regular alarga la vida en todos los grupos examinados, ya tengan un peso normal, sobrepeso u obesidad".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un determinado número de horas de dedicación al ejercicio física a la semana para diferentes rangos de edad para mantener un peso y una vida saludables:
- De cinco a 17 años (niños y adolescentes): Se aconseja realizar 60 minutos al día de actividad física de moderada y tres días a la semana de deporte vigoroso (más intenso).
- De 18 a 64 años (adultos): La OMS recomienda la práctica de 150 minutos a la semana de ejercicio moderado o 75 minutos si es vigoroso. Además, considera que dos días a la semana se dediquen a actividades de fortalecimiento muscular.
- De 65 en adelante: A estas personas se les recomienda hacer el mismo ejercicio que a los adultos, pero añadiendo tres días a la semana de actividades que lleven a mejorar el equilibrio y evitar caídas, sobre todo en personas de movilidad reducida.
Además de ser esencial para el mantenimiento de la salud, la actividad física contribuye a mejorar la calidad de vida, ya que beneficia tanto a nivel fisiológico como psicológico y social. Habitualmente, las personas que realizan algún tipo de ejercicio físico se perciben a sí mismas como más saludables, con menos estrés y con un buen estado de ánimo.
En el plano fisiológico, se destaca por sus efectos positivos en la digestión y regularidad del ritmo intestinal, favorece el desarrollo normal del hueso durante la infancia y permite alcanzar y mantener el pico de masa ósea. Asimismo, previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial y disminuye sus valores, mejora el perfil lipídico en sangre (reduce triglicéridos y aumenta el colesterol bueno, HDL), ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones, incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control de peso, mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de diabetes no-insulino dependiente.
Desde el punto de vida social, realizar actividad física diaria contribuye a aumentar la autonomía, la integración social, especialmente importante en el caso de discapacitación física o psíquica. Además, repercute en la mejora del rendimiento escolar y evita malos hábitos como el alcoholismo, la drogadicción o el tabaquismo.
Puede acceder al informe (en inglés) en la sección Documentación / Salud y Deporte / Estudios e informes.
Munideporte.com