El Comité Olímpico Internacional ha elaborado un “documento de consenso” sobre la prevención de enfermedades no trasmisibles. Entre las principales conclusiones, se destaca que estas podrían reducirse con actividad física, manteniendo una alimentación sana, así como evitando el tabaquismo y el alcoholismo. Munideporte le ofrece el informe.
A lo largo de los últimos 50 años se ha producido un marcado descenso del gasto energético en la población a la hora de realizar tanto tareas domésticas como otro tipo de actividades ocupacionales. Este motivo es suficiente para explicar el aumento de la prevalencia de la obesidad.
Así lo explica el documento de consenso del Comité Olímpico Internacional (COI) que ha sido publicado recientemente en la prestigiosa revista “British Journal of Sports Medicine”. Un trabajo elaborado por un comité de expertos en diferentes disciplinas convocado por el organismo en Lausana.
Entre las principales conclusiones de este documento destaca que las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) podrían prevenirse, ya que, en su mayoría, están asociadas principalmente al estilo de vida de cada persona, como la inactividad física, una dieta poco saludable o el abuso de sustancias como el alcohol y el tabaco.
Los expertos se han centrado en definir una estrategia y marcar los próximos pasos a seguir para diseñar un plan de acción para la prevención y tratamiento de estas ECNT. Éste ha de “tener en cuenta tanto la evidencia científica existente como un diseño centrado en las personas, y con especial foco en la actividad física, y el cambio de hábitos y comportamientos”.
De esta forma, el documento señala que el sedentarismo, y más concretamente el tiempo que una persona permanece sentada, “está asociado a un mayor riesgo cardiometabólico, independiente de los niveles de actividad física. Una baja forma aeróbica es un factor de riesgo de mortalidad, independientemente de la grasa corporal”.
Según el COI, hasta el día de hoy las acciones de prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles se han basado en “objetivos muy amplios e imprecisos, carentes de alineación y foco estratégico”. El informe también indica que existen soluciones de bajo coste eficaces para este problema.
El texto resalta que el hecho de contar con políticas nacionales de fomento de la actividad física no implica que éstas se lleven a la práctica. En este sentido, se establece que la comunidad de Medicina del Ejercicio Físico y el Deporte “puede hacer algo porque su experiencia está más cerca de la intersección de actividad física, dieta y salud”. Por ello, el COI considera necesario que se unan esfuerzos para adoptar un enfoque nuevo y creativo junto con una estrategia clara, concreta y centrada en el ser humano.
Se subraya, además, la importancia de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la actividad física como elemento central para la prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles. Asimismo, el presidente de la entidad, Thomas Bach, reclama “espacios públicos seguros y accesibles para la actividad física y el deporte, asociaciones con transporte y planificación urbana, intensificación de la educación física y mejora de la infraestructura y la organización deportiva”.
Puede acceder a al documento (en inglés) en la sección Documentación / Salud y Deporte / Campañas de prevención.
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