El lugar de residencia influye en las capacidades físicas de las personas

Un estudio realizado en el Reino Unido concluye que vivir o crecer en una zona con mayores carencias socioeconómicas puede restar capacidad física a las personas de mediana edad. Las pruebas realizadas indicaron mejores resultados en las personas de las áreas más ricas. Participaron 5.362 personas con 53 años al término de la investigación.

El equipo utilizó información de una muestra de 5.362 partos de bebés únicos en Inglaterra, Escocia y Gales en marzo de 1946. Se investigó en qué momento de la vida "las carencias del lugar" (según el porcentaje de residentes empleados con ocupaciones calificadas y no calificadas) estaban asociadas con resultados objetivos de las capacidades físicas en la mediana edad.

Los autores obtuvieron datos del 70% de la muestra original de la Encuesta Nacional de Salud y Desarrollo del Consejo de Investigación Médica (4.311 miembros que aún residían en esas áreas). Los participantes tenían 53 años.

Los habitantes de las zonas con mayores carencias socioeconómicas tenían un menor equilibrio corporal parados en una pierna y tardaban más en pararse estando sentados en una silla que los residentes de las áreas más ricas, según publica el equipo en la prestigiosa revista American Journal of Epidemiology.

Pero las capacidades físicas aparecían aún más sólidamente asociadas con las carencias del lugar de residencia a edades más tempranas de la vida. La capacidad de pararse en una pierna en la mediana edad, por ejemplo, estaba asociada con la exposición desde la infancia al nivel de carencias del lugar y siguiendo la posición socioeconómica individual de cada uno de los participantes.

La doctora Emily T. Murray, de University College y La Escuela Real de Medicina de Londres (Reino Unido) ha señalado que “me gustaría decir que se trata de un solo estudio y que, todavía, no existen estudios experimentales grandes sobre si la reducción de las carencias del entorno mejoraría la capacidad física de la gente. También se desconoce qué es lo que en las zonas con mayores carencias podría influir en la capacidad física y la salud en general”.

Murray también ha explicado que “las intervenciones para mejorar la actividad física y reducir la obesidad en los residentes de todas las edades de las áreas carenciadas serían lo más efectivo para aumentar las capacidades físicas. Si diseñamos o modificamos el entorno en el que vivimos, trabajamos y jugamos para aumentar los niveles de actividad física, como crear áreas para caminar o mejorar el transporte público, quién sabe cuánta discapacidad física podríamos retrasar o prevenir”.

Sin embargo, “dados los cambios físicos y sociales que ocurrieron desde 1946, sería difícil decir si la misma exposición infantil al entorno influiría en la salud hasta la edad adulta”. También añadió que “hay estudios que demuestran que los niños de zonas carenciadas tienen altas tasas de obesidad y sedentarismo, dos factores de riesgo importantes de discapacidad física, de modo que es posible que estos resultados se puedan aplicar a los niños que nacen hoy”.

Por último, la doctora recalcó que “nunca es tarde para ayudar a alguien a mejorar su salud. Los médicos deberían tener en cuenta el entorno de un paciente cuando intenten mejorar sus capacidades físicas con más actividad física o pérdida de peso. Quienes viven en las zonas más carenciadas son los que más ayuda necesitarían para hallar sitios o recursos para la promoción de la salud”.

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