Correr

“Correr” es una pequeña obra maestra que leí en su momento y me gustó mucho, pero su relectura todavía me ha gustado e impresionado más que la primera vez. Echenoz narra de una manera magistral, amena y emotiva la vida del gran atleta Emil Zátopek y concentra en 140 páginas el recorrido vital y deportivo del atleta checoslovaco. El libro recorre la vida atlética y cotidiana de Emil en la Checoslovaquia de la postguerra, llegando hasta la revolución de Praga en el 68 y sus consecuencias, que le llevaron del podio olímpico y el ministerio de deportes a recoger basura por las calles de su ciudad.

Todo ello a través del ciclo deportivo del gran Emil, con sus encuentros y desencuentros en el ambiente pre bélico de la guerra fría y la utilización del deportista como herramienta política de primera mano. El desarrollo de la narración nos muestra el estatus de los deportistas de alta competición en los países del desaparecido Pacto de Varsovia, donde por un lado se les daba una total protección del Estado, militarizándolos y ascendiéndoles de graduación según los éxitos conseguidos, y, por otro, el control total ejercido sobre su vida privada y deportiva. El libro recorre los cambios sociopolíticos acaecidos en la Europa de la segunda mitad del siglo XX, todo ello a través de las vivencias atléticas de nuestro protagonista.

Pero hay algo que me chocó profundamente y es cómo el autor del libro describe el ambiente atlético y las sensaciones que durante los entrenamientos tenía nuestro protagonista, haciendo hincapié en los sistemas tan personales e innovadores que Zátopek utilizaba. También nos narra los grandes éxitos y records hasta su última victoria en el Cross Internacional de Lasarte (1958).

Para los que hemos practicado este deporte es como un recuerdo de épocas legendarias, para otros será una manera de conocer la vida de esfuerzos y asperezas de las grandes figuras del atletismo mundial en un contexto deportivo muy diferente al actual.

Emil Zátopek, además de otras muchas hazañas, ha sido el único atleta en ganar los 5.000, los 10.000 metros y la Maratón en unos juegos olímpicos (Helsinki, 1952). Conocido por el apodo de “La locomotora humana” por su esforzada forma de correr y sus bruscos cambios de ritmo, Zátopek entusiasmaba en los estadios, tanto en su país como fuera de sus fronteras. ¡Toda una leyenda¡

Si te interesa el deporte, la historia y la política del siglo XX no puedes dejar de leer “Correr”. ¡Hacedme caso y disfrutad!