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Dra. Jara Marcos, Ana María (Traumatólogo: 05/1801/05 - www.doctorajaramarcos.com)

02/02/2021

La importancia de la vacuna

Que el mundo pueda volver a la situación previa a la pandemia es lo que todos anhelamos, para poder tener una vida libre y plena. Para ello, deben ocurrir dos cuestiones, que son la actualidad y la esperanza de todos. Por una parte, encontrar una cura y, por otra, encontrar la prevención, la vacuna, que es el recurso que se contempla con mayor expectativa.

Ante el contagio masivo, precisamos medidas imprescindibles, y ya conocidas, como la higiene extrema, el uso de mascarilla y el distanciamiento físico y social, pero no son suficientes para retomar una vida normal, y precisamos encontrar soluciones terapéuticas eficaces.

Esta búsqueda se encuentra con obstáculos y con un triple desafío, a pesar de estar toda la sociedad científica volcada en ello. Por un lado, acortar los plazos de investigación, poder producirse a una escala nunca antes conocida (miles de millones de unidades en el menor tiempo posible) y acompañarlo de campañas masivas de vacunación.

Son conocidos por todos los múltiples ensayos clínicos por parte de la industria farmacéutica para lograrlo, pero cierto es que hay plazos que no pueden acortarse, para poder garantizar la seguridad de la vacuna.

En la situación actual de exigencia extrema, los investigadores comienzan lo antes posible con fases que se ejecutan en paralelo para poder acortar esos tiempos, no se acortan las fases de los estudios y se multiplican los ensayos y sus periodos, con el objeto de encontrar, una situación precoz, ganando tiempo, pero siempre sin poner en peligro la salud de la población.

Una de las medidas más importantes para acortar plazos, sin sacrificar seguridad, es la revisión continua por parte de las autoridades sanitarias. La agencia del medicamento ya está utilizando este procedimiento con la vacuna experimental, analizando el fármaco desde el primer lote de datos de estudio de laboratorio, en lugar de al final del proceso, para poder garantizar que las futuras vacunas no producen efectos adversos.

Normalmente, un medicamento debe superar las fases 0 o preclínica (pruebas in vitro y en animales), la fase 1 (se prueba en pequeños grupos de 20 a 100 personas), fase 2 (estudio a mayor escala, con cientos de personas, donde se evalúan los efectos secundarios a corto plazo), fase 3 (se realiza un estudio con voluntarios y con grupo placebo, para comprobar la efectividad y la bioseguridad, así como los posibles efectos adversos) y fase 4 (nueva evaluación y comercialización).

Debemos resaltar los 47 estudios en diferentes países, muchos ellos en fase 3. El más importante pertenece a Europa con una efectividad superior al 90% y que no ha generado hasta el momento efectos secundarios en personas, lo que acorta la esperanza de encontrar la vacuna eficaz contra la pandemia que nos azota.

Lo que se busca con la vacuna es llegar a la mayor población posible, para conseguir una protección indirecta de los individuos no vacunados, lo que se consigue con la protección del 70% de la población, con pocos efectos adversos.

Es cierto que aún no tenemos la disposición de la vacuna, por lo que, hasta que ese momento llegue, debemos tener una extremada higiene, utilizar mascarillas homologadas y mantener la distancia de seguridad personal y social.

El deporte no se libra de este mal, encontrando deportistas contagiados, limitaciones para poder ejecutarlo y compartir el deporte, con las competiciones sin público, situación que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, de ahí la importancia de encontrar, conocer y tratar este tema.

Dra. Jara Marcos, Ana María (Traumatólogo: 05/1801/05 - www.doctorajaramarcos.com)