Un 14,4% de universitarios vascos tienen problemas de obesidad

Hay médicos que llevan años advirtiendo del peligro de la obesidad infantil. Este riesgo entre la población universitaria ya existe y es un grave problema también. Lo novedoso de la investigación radica en que los resultados sugieren que ciertos hábitos poco saludables coexisten e interactúan entre sí incrementando el riesgo de sobrepeso.

Se trata de un estudio en el que han participado 609 estudiantes voluntarios, de entre 18 y 28 años, de los tres campus universitarios de la UPV-EHU; el 59,5% mujeres y el 40,5% hombres. Para el desarrollo de esta investigación, sus autoras han recopilado información sobre alimentación, actividad física, sedentarismo, sueño y hábitos tóxicos, así como medidas antropométricas.

La tendencia de la obesidad es a la alza. “Los datos apuntan que va en aumento”, sostiene Nerea Telleria, investigadora del área de Nutrición y Bromatología del Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos de la Universidad UPV/EHU que, junto a la investigadora, Marta Arroyo Izaga, ha elaborado el informe. “Tanto la infancia como la adolescencia y la primera juventud son momentos claves para seguir una dieta saludable y realizar actividad física, ya que los estilos de vida que se afianzan en estas etapas de la vida son los que van a perdurar en la edad adulta”, indicó Nerea Telleria.

El hecho de que diferentes factores convivan entre sí incrementando el riesgo de obesidad entre los universitarios significa que no sólo influye la dieta, el tiempo de actividad física, las horas que duermen, si beben alcohol o fuman, sino que todos ellos interactúan. 

Nerea Telleria explicó que "hombres y mujeres, cada uno tiene sus factores de riesgo, que son los que queríamos identificar para poder actuar de forma preventiva". En el caso de los hombres, por ejemplo, uno de los factores de riesgo es "prescindir de comidas como el desayuno y en el de las mujeres, su baja adherencia a la dieta mediterránea", especifica. 

No obstante, las jóvenes presentan un mejor patrón de alimentación, es decir, una dieta más saludable, posiblemente porque son más conscientes, pero realizan menos ejercicio físico. "De hecho, al llegar a la universidad, un alto porcentaje de las chicas deja de practicarlo; en cambio, los chicos mantienen su nivel de actividad", sostiene Telleria.

Llama la atención que hay "un porcentaje bastante alto de no fumadores entre el alumnado, por encima del 80%", cifra Nerea Telleria. En cuanto al consumo de alcohol entre los estudiantes universitarios, los datos arrojan que es moderado.

Por contra, los universitarios pasan muchas horas sentados en clase y en sus viajes de desplazamiento en autobús, por ejemplo, lo que conlleva otro factor de riesgo, ya que llevan un comportamiento bastante sedentario. Otro de los riesgos es el sueño. A menos horas de dormir, mayor riesgo de sobrepeso u obesidad debido a los cambios hormonales que se pueden dar.

Un mal patrón alimentario también es factor de riesgo. Por ejemplo, no llevar una dieta saludable, saltarse comidas, no desayunar, sobre todo en el caso de los hombres, o, por contra, estar continuamente picando. "Comer solos y delante de pantallas puede provocar que se ingiera más cantidad de la necesaria", señala la especialista. En líneas generales, los universitarios llevan una dieta "aceptable", pero "mejorable".

El artículo, publicado en la revista British Journal of Nutrition, forma parte de un proyecto más amplio iniciado para diseñar estrategias eficaces para prevenir la obesidad. Se trata del denominado EHU12/24, un estudio encaminado a evaluar la prevalencia de exceso de grasa corporal y los factores de riesgo de sobrepeso en el alumnado universitario.

Para consultar el informe completo (de pago y en inglés), pinche aquí.