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Pilar Caballero, directora de PilaRtes (www.pilartes.es / @pilartes_pilar)

21/04/2020

Mujer, menopausia y deporte

Mujer, menopausia y deporte Se conoce como menopausia al cese de la regla femenina, solo eso, es el nombre de la última menstruación de una mujer, nada más… y nada menos. Según expertos en este tema, se considera menopausia cuando han pasado 12 meses sin sangrar absolutamente nada. Generalmente ocurre entre los 48 y 52 años, aunque hay casos en los que esta edad puede variar.

La causa obedece al cese en la función de los ovarios. El problema es que este proceso conlleva un sinfín de trastornos que se repiten casi con seguridad en el 80% de las féminas. Se produce por la desaparición de los estrógenos, que son las hormonas sexuales femeninas. Este hecho se considera un problema ¿o no? No es un problema. Es una situación, un proceso, una circunstancia en la vida de una mujer en el que, llega el fin de un ciclo y  comienza otro.

Otro, con sus cosas buenas y malas, a las que habrá que ir acostumbrándose y adaptándose de la mejor manera posible, como a todas las nuevas circunstancias que nos aparecen a lo largo de nuestra vida.

Desde un punto de vista científico es así, pero la menopausia es algo más que dejar de tener la menstruación, supone uno de los cambios más importantes en la vida de una mujer, cambios tanto en el aspecto físico y psíquico, como en el emocional.

Actualmente vivimos en una sociedad en la que la palabra menopausia está relacionada con varias connotaciones, y todas ellas negativas, como: “final”, “vejez”, “problemas”, “fracaso”, “gordura”, “fealdad”, sensaciones del tipo: “ya no sirves”, “todo ha cambiado”, “ya no eres la misma”, etc.

Este proceso conlleva varios efectos secundarios. El más conocido es la aparición de una enfermedad denominada osteoporosis, pero también hay más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, además de sofocos, aumento de peso, problemas del sueño, falta de autoestima, depresión, sequedad vaginal y problemas sexuales entre otros

Como he dicho anteriormente, el efecto secundario más conocido es la osteoporosis, que se traduce en la pérdida paulatina de tejido óseo con el consiguiente riesgo de sufrir fracturas óseas, uno de los problemas que carga nuestro sistema público de salud en estos momentos, en que la edad media de vida no para de crecer.

Si nuestro cuerpo está fuerte desde antes de llegar a esta edad, y nos hacemos los controles de densitometría adecuados, podemos mantener este problema a raya, más o menos.

No nos olvidemos que nuestros huesos se refuerzan mientras sufren presiones, estas presiones hacen que las trabéculas (que son como unas mallas que forman el interior del hueso), se estimulen y se llenen de más osteocitos, este proceso consigue que el hueso se vea reforzado. 

Por eso, es tan importante el ejercicio físico antes, durante y después de esta época de menopausia.

Desde el colectivo de facultativos, se aconseja andar una hora diaria como mínimo, y no está mal, pero creo que hace falta un poco más.

Se necesita un ejercicio que consiga mantener la estructura necesaria de los huesos, para evitar esa pérdida o por lo menos retrasarla.

Un ejercicio metódico, controlado, técnico, sano.... pero a la vez divertido, que mejore la autoestima de la mujer y la sociabilidad, porque al perder estrógenos, que son las hormonas por excelencia de las mujeres, y  ganar peso entre otras, las mujeres tienden a perder autoestima, entristecerse a veces sin causa aparente,  y hasta sufrir algún proceso de depresión.

Imaginaros que estas mujeres pudieran practicar un método de ejercicios sano y controlado, que fortalezca la musculatura y mejore la flexibilidad articular, a la misma vez que trabaje memoria, coordinación y equilibrio, para evitar caídas y con ellas posibles fracturas, y que además sea divertido, fomente la autoestima y la sociabilidad….

No olvidemos que estamos hablando de mujer y menopausia, de cambios, de transformaciones, adaptaciones y sobretodo aceptaciones.

En el proceso de la menopausia hay tres términos, a mi modo de ver, verdaderamente importantes que describen este trayecto y son: asumir, aceptar y adaptarse.

Entre todos los métodos que existen en el mercado actualmente, destaca la técnica de pilates, en la que se realizan unos ejercicios controlados, pautados, con un seguimiento exhaustivo, indispensable para mantener a raya al proceso de osteoporosis, entre otros.

Existen infinidad de ejercicios para esta etapa dependiendo del nivel en el que nos hallemos y están demostrando su eficacia sin ninguna duda.

Pero, si además de tener el control del ejercicio bien hecho con la técnica de pilates, le añadimos el aspecto psicológico de integración en el grupo, de socialización, de apertura de canales energéticos, que mejoran el aspecto sicológico y afectivo, y aumentan la autoestima a través de la música, la danza y la coreografía, ¿qué pensáis que puede ocurrir? Que el proceso, además de divertido, puede ser realmente gratificante y completo.

Con este sentido nació El Método PilaRtes, la unión de la técnica de pilates con el mundo de la danza, la música y la coreografía.

Se ofrece la posibilidad de asistir a unas clases, en las que se va a compartir experiencias con otras mujeres de la misma edad, condición y experiencias, y, además, unas clases dinámicas y divertidas sin olvidarnos de una buena técnica y fundamentos básicos.

El Método PilaRtes ha dado con la técnica ideal para este tipo de situación, porque da respuesta a todos los frentes en los que estas mujeres van a estar involucradas en esta época de sus vidas.

No nos olvidemos de otro interesantísimo debate que surge en estos momentos, y que a las mujeres nos afecta a lo largo de toda la vida, pero muy especialmente en esta época, y no es otro que el relacionado con el peso, la gordura, la salud, la delgadez, la belleza, la autoestima y la aceptación.

El Método PilaRtes, a través de la coreografía, aporta esa parte aeróbica y cardiovascular que muchas veces se echa de menos en las clases de pilates, y que es fundamental para mantener ese “problemilla” del peso a raya.

Para llevar de la mejor manera todos estos cambios, el ejercicio es fundamental, comida sana y ejercicio, y además una buena dosis de autoestima, que nos va a infundir el querernos y aceptar esos cambios como parte de nuestro ser, de nosotras mismas.

Pilar Caballero, directora de PilaRtes (www.pilartes.es / @pilartes_pilar)

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