Acceso Club
Viernes,
19/04/2024
Andalucia Aragón Asturias Baleares C. La Mancha C. y León Canarias Cantabria Cataluña Ceuta Extremadura Galicia La Rioja Madrid Melilla Murcia Navarra País Vasco Valencia
Antonio Montalvo de Lamo

23/03/2015

La violencia en el deporte

La violencia en el deporte Un árbitro de 15 años es agredido por un entrenador en un partido de fútbol alevín en Córdoba. Este hecho lamentable me permite hacer una reflexión mucho más amplia que la simple repulsa e indignación por este tipo de sucesos que se alejan del terreno deportivo, pero que se dan un día si y otro también con menores en las instalaciones deportivas.

El deporte, afortunadamente, se constituye y se entiende en nuestra sociedad, en pleno siglo XXI, como un instrumento de desarrollo social, relacionándose con la ocupación del tiempo libre, el bienestar, la salud de la población y la adquisición de hábitos saludables. Además de todo esto, y relacionado con la educación, el deporte se identifica con valores esenciales que ayudan a los deportistas en estas edades, como la superación, perseverancia, tolerancia, integración, antidisciplina, trabajo en equipo.

Y son incidentes de esta índole los que vulnera este código de valores y nos hacen cuestionar la idoneidad de los procesos de enseñanzas deportivas y, en última instancia, de las competiciones y de quien  les organiza y dirigen.

El modelo deportivo de las competiciones federativas de los más pequeños se mantienen sobre valores como el éxito o el fracaso, la aclamación del que gana y la pasión y presión del entorno, padres y familiares que tampoco ayuda en nada ni favorecen para que el deporte sea un juego donde la señas de identidad se aproximen o sean cercanas a los valores anteriormente enunciados.

En paralelo y en fechas cercanas se producía el asesinato de un seguidor ultra del Deportivo de la Coruña por miembros y seguidores también ultras del Atlético de Madrid.

Son dos hechos diferenciados, en dos escenarios absolutamente diferentes, pero unidos por un denominador común, la agresividad y, en su máxima expresión, la violencia.

J. María Cagigal, ya en el año 1976, analizaba y profundizaba sobre agresividad y deporte y atribuía la agresividad en los espectadores a “una masificación, al anonimato y la despersonalización que se da en los grandes espectáculos deportivos”. Proseguía, y adelantándose al tiempo decía, “también es posible acudir a explicaciones, como la incultura, la falta de educación y hasta el segregacionismo y el racismo”.

Toda la teoría del maestro Cagigal tiene plena vigencia 39 años después, en nuestro fútbol profesional, con unas características muy definidas en lo económico y con unos intereses que se alejan del carácter lúdico del propio deporte competición en este caso del fútbol.

Con retraso y con alguna ausencia imperdonable por la gravedad de los sucesos,  se han tomado medidas para sancionar y gestionar mejor la violencia en el fútbol y se ha realizado a través del código disciplinario y de modificaciones del Reglamento General Federativo.

Es importante garantizar la seguridad antes, durante y después del partido de fútbol, siendo responsabilidades de las Administraciones, instituciones, clubes y de la Liga de Fútbol Profesional que debiera plasmar, pensamos que así ha sido, las secuencias de la violencia deportiva, la prevención, la disuasión, la detección y la propia intervención que haya que realizar en protocolos que neutralice la acción de los violentos.

En cualquier caso, de los hechos relatados se han tomado medidas en el fútbol profesional por la repercusión mediática que tiene y se olvidará pronto la agresión al árbitro. Fue noticia de portada deportiva unos días, se ha olvidado ya y volverá a tener actualidad cuando suceda algún otro hecho de esta naturaleza, pero no se toma medidas en relación a qué competiciones de menores queremos.

Sería primordial que se analizaran las competiciones en estas franjas de edad, se rediseñaran adaptándolas a reglamentos y normativas e imprimiendo a las mismas ese carácter educativo que tienen que tener en estas categorías.

Los niños mimetizan comportamientos de sus ídolos y a veces son conductas deportivas poco edificantes, los entrenadores en general no son educadores y se les ha formado para buscar el máximo rendimiento, primando el resultado sobre valores que debieran transmitirse en esta etapa de iniciación deportiva. En definitiva, se debe huir de reproducir los esquemas de la competición de los mayores.

Antonio Montalvo de Lamo, experto en deporte municipal y paralímpico

Blogs Otros Articulos
 
Comentarios
No existen comentarios aún para esta noticia.
Envia a un amigo
De
Para (Email)
Dedicatoria
   
Deportistas Nº 101

Munideporte.com | Copyright 2011: Equipo de Gestin Cultural, S.A. Todos los derechos reservados
HSNET , patrocinador tecnolgico de Munideporte